Viernes 19.04.2024
Actualizado hace 10min.

Murió a los 90 años Cacho Fontana, una figura irrepetible de la radio y la televisión argentina

Su voz artística marcó rumbo y se transformó en emblemática. 

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Jorge Cacho Fontana murió este martes a los 90 años. El célebre locutor se encontraba internado en la clínica de rehabilitación para adultos Interplaza, en el barrio de Palermo, en la que residía desde hacía unos cuantos años.

En los últimos meses atravesó numerosos problemas de salud, tal como lo confirmó una de sus hijas.

Fueron demasiadas batallas para el hombre que las peleó todas. Jorge Cacho Fontana -o Norberto Palese, tal su verdadero nombre- murió a los 90 años minutos antes del mediodía de este martes 5, en la Clínica Interplaza, el hogar en el que se alojaba desde hace tiempo, según le confirmaron a Teleshow desde su entorno. El locutor, uno de los referentes ineludibles de la radio y televisión en el país, había tenido unos cuantos percances de salud en el último tiempo, como una neumonía, debido a las secuelas que le había dejado el coronavirus. Y partió dos días después de la madre de sus hijas: Liliana Caldini.

La noticia sobre su partida impactó fuerte en el público, que recordó a un hombre clave de los medios de comunicación que marcó la vida de varias generaciones. Si se le pide a un millón de argentinos, mayores de cuarenta años, que cierren sus ojos y escuchen un “con seguridad”, dirán sin que nadie se los diga: es la voz de Cacho Fontana. Y por eso, su despedida duele.

Un niño juega a ser locutor en una humilde y digna casa del barrio porteño de Barracas. El cepillo de pie es un micrófono, está en la radio y lo escuchan miles de oyentes. Su madre levanta la mirada de la máquina de coser y sonríe. Su hijo habla poco pero se transforma cuando se sueña locutor. El pequeño se llama Norberto Palese y aunque su madre no lo sabe, y el ñiño tampoco, el destino cumpliría sus sueños: será Cacho Fontana, el hombre que cambió el estilo de locución en la Argentina.

Los padres de Cacho fueron dos humildes trabajadores. El papá tenía un puesto de capataz en un galpón del Ferrocarril Belgrano; la mamá realizaba tareas de costura. La economía familiar no permitía grandes placeres, por eso el momento de alegría era escuchar a Luis Sandrini cada noche en la radio. Muchos años después, con la fama y el éxito económico, Fontana les regalaría a sus padres un maravilloso departamento en la Avenida Libertador. En la inauguración habría un invitado de lujo: Luis Sandrini.

Fuente: Infobae