La inflación de julio alcanzó un récord en las últimas décadas y fue de 7,4%, informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). De esta manera, la suba de precios en los primeros siete meses del año fue de 46,2% y, en los últimos doce meses, la cifra acumulada trepó a 71% por ciento. El resultado de julio representó el índice mensual más alto del año luego del 6,7% registrado en marzo y también el mayor desde 2002, cuando se puso en marcha el plan de convertibilidad, que eliminó la inflación por 10 años. Hasta ahora, el índice mensual más alto había sido en abril del 2002, cuando el IPC fue del 10,4 por ciento; y, a nivel interanual, el más alto es el de enero de 1992, con el 76 por ciento. El dato de inflación mensual sufrió otro fuerte salto luego de la aceleración que había comenzado a mostrar en junio, cuando fue de 5,3% y marcó así el fin de la tendencia de leve caída que arrastraba desde marzo. Para agosto el Gobierno y las consultoras ya prevén una cifra también muy elevada. La inestabilidad cambiaria y financiera que se desató desde junio y especialmente en julio, con el recambio de autoridades en el Ministerio de Economía, la salida de Martín Guzmán, el paréntesis de menos de un mes de Silvina Batakis hasta la llegada de Sergio Massa al Palacio de Hacienda deterioró algunas de las variables que impactan de plano en la formación de precios. Los dólares paralelos que se negocian en el mercado financiero y el tipo de cambio libre experimentaron saltos pronunciados que los llevaron, en algunos casos, en su momento de mayor volatilidad, a niveles cercanos a los 350 pesos. Recién con la asunción del ex presidente de la Cámara de Diputados como nuevo ministro de Economía el Gobierno consiguió cierto alivio, al menos en el frente cambiario. De todas formas, en el Poder Ejecutivo reconocen que este dato de julio dado a conocer hoy y el próximo de agosto que se conocerá dentro de un mes serán los dos números de subas de precios más graves que tenga que afrontar el mandato de Alberto Fernández. “Va a ser un shock para el Gobierno”, admitían en los últimos días en los despachos oficiales. Por lo pronto, la última cifra de inflación implicará un recálculo de las proyecciones anuales que hacen economistas, consultores y bancos que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central. Ya antes de conocerse el IPC de julio este sondeo marcaba una estimación de inflación para este año superior al 90 por ciento, aunque FIEL calculó que será del 112%. Así, será el número anual más alto desde la salida de la hiperinflación de 1989. Fuente: Infobae