Jamás en la historia un equipo había conseguido anotar cinco goles en el estadio Anfield por la Champions League... hasta este martes. El Real Madrid demostró por qué es el vigente campeón y, después de sufrir en el arranque ante el Liverpool, remontó dos goles de desventaja para ganar 5-2 y casi sentenciar la serie de octavos de final entre dos de los más ganadores del máximo torneo continental de clubes. Los Reds salieron súper enchufados y, a los tres minutos, abrieron el marcador por una genialidad del delantero uruguayo Darwin Núñez, que de taco definió el centro bajo de Mohamed Salah para hacer estallar el estadio. El pésimo arranque del vigente campeón no se detuvo ahí, porque a los 14 minutos, el Salah se encontró con un regalo del arquero belga Thibaut Courtois y definió al arco vacío llevando al marcador a 2-0. Pero la jerarquía individual del Merengue empezó a aparecer. Como casi siempre en el último tiempo, el brasileño Vinicius se balanceó dentro del área y clavó un derechazo contra el palo que dejó inmóvil a Allison. El error de Courtois se mudó de área a los 35 minutos: Vinicius presionó al arquero brasileño Alisson, que intentó rechazar pero le pegó al delantero, que involuntariamente terminó convirtiendo el 2-2 con el que se fueron al descanso. La reacción del Real Madrid no se detuvo en el inicio del complemento: un tiro libre preciso de Luka Modric encontró a la defensa local dormida y a Eder Militao sin marca dentro del área chica para concretar de cabeza el 3-2 para el Madrid. La noche todavía iba a empeorar para los de Jurgen Klopp, porque todavía no había aparecido Karim Benzema, y el francés combinó con Rodrygo para convertir, con ayuda de un desvío en un rival en el camino, el cuarto gol del Real Madrid. ¿Para qué lo llamaron? Habrán pensado los hinchas del equipo inglés, porque enseguida fue Vinicius el que asistió a Benzema en un contragolpe en el que el francés desplegó todo su repertorio de definición, con una tranquilidad envidiable, para el 5-2 el parcial y sensación de serie liquidada por más que todavía falte la revancha en el estadio Santiago Bernabéu.  Los dos gigantes europeos del fútbol, dueños de 20 Copas de Europa entre ambos, se reencuentran en una repetición de la final del año pasado, en el cruce más destacado de los octavos de final, que se definirá dentro de tres semanas en la capital española.