Cuando el bioquímico Pablo Daniel Olivares denunció que entre el 24 y el 25 de diciembre pasados habían entrado a su casa de Rodeo, Iglesia y con alguna herramienta arrancaron la caja fuerte empotrada en su dormitorio, no lo dudó: en una ampliación de su denuncia señaló que ese ataque a su propiedad (en el que inutilizaron sus cámaras de seguridad) pudo cometerlo su entonces cuñado, Matías Baigorrí, y su amigo Carlos Ostinelli. Según el propio Baigorrí y su abogada Sandra Leveque, el profesional mencionó que tenía un video captado por sus cámaras de seguridad, pero luego aclaró que el pendrive con la grabación lo había inutilizado su esposa al meterlo al lavarropas. El video que supuestamente demostraba que el hecho pudo cometerse entre la tarde y la noche del 24 de diciembre pasado, nunca apareció. Un rastrillaje para detectar esa supuesta grabación en su proveedor del sistema de cámaras o algún otro lugar del universo electrónico, tampoco arrojó resultado positivo. Además, el geoposicionamiento de los teléfonos de Baigorrí y Ostinelli demostró que estaban en otro lugar al momento del robo. Y como no hubo secuestro de ninguna evidencia que complicara a los amigos, ahora el juez de Jáchal, Domingo Daniel Castro, los desligó definitivamente del caso con un sobreseimiento, informaron fuentes judiciales. Así, el resonante y millonario robo contra el dueño de la Clínica Argentina, de Rodeo, quedó sin ningún sospechoso. "Estuvimos presos 6 días desde el 17 de febrero del año pasado y fue una tortura (...) detenidos sin ninguna prueba, por una fábula de este hombre que nos hizo quedar como delincuentes. Nosotros somos gente trabajadora, de familias honestas y la pasamos muy feo, con decirle que mi amigo fue echado de su trabajo y yo pasé por situaciones muy incómodas. No tenemos rencor ni bronca, sí un dolor muy grande porque todo esto fue muy denigrante y dañino, ahora necesitamos que se haga Justicia", aseguró ayer Baigorrí, a quien también se le había dictado una prohibición de acercamiento al bioquímico y a su familia, durante tres meses. "La Justicia le demostró a este hombre que por más cosas que tenga no puede hacer lo que quiera, todo tiene un límite", agregó. Fue la abogada Leveque quien insistió con el sobreseimiento de sus clientes, porque de la investigación encarada para confirmar la teoría del médico de que su excuñado y su amigo fueron los ladrones, no surgió ninguna evidencia para incriminarlos. Ahora, evalúa junto a sus clientes iniciar acciones legales contra el profesional.