En una entrevista en el programa “Dados Vuelta” conducido por Diego Iglesias, la actriz Flor Vigna confesó que es demisexual y se tomó el tiempo de explicarle al periodista lo que significa esta orientación sexual. A raíz de la entrevista, surgieron nuevas dudas acerca de la demisexualidad y su inclusión en el colectivo LGBT+. Por lo tanto, la pregunta que sigue en el aire es: ¿qué significa ser demisexual? Por supuesto, homosexuales y heterosexuales son solo la pequeña punta de un iceberg masivo cuando se trata de entender y definir las muchas formas en las que se manifiesta la atracción humana. Hay una gran razón por la cual el acrónimo LGBTQIA+ sigue creciendo, y es porque la gente empieza a comprender la compleja fluidez de la sexualidad. El concepto de demisexualidad, una variación específica -ligeramente más cargada sexualmente- de la asexualidad, se refiere a una persona que no siente atracción sexual hacia otra persona a menos que sienta una fuerte conexión emocional con ella. La noción de “amor a primera vista” o la química como un golpe instantáneo de dopamina, no existe para quienes se consideran demisexuales. Donde algunas personas pueden sentirse atraídas por la apariencia y el comportamiento de alguien al conocerlas, es muy probable que los demisexuales no queden impresionados. Maximiliano Martínez Donaire, psicoanalista y exsecretario científico del Claustro de la Asociación Psicoanalítica, “se trata de sujetos que tienen una fuerte inhibición de su deseo sexual a menos que se cumplan determinadas condiciones”. “Aparentemente no experimentan deseo sexual en su vida cotidiana excepto que se dé algún tipo de vínculo emocional intenso con un otro. Recién cuando eso sucede se permiten conscientemente expresar su excitación sexual”, sostuvo el experto. Hace tiempo que la sociedad dejó de definirse como heteronormativa, o de basarse en la actitud de que la heterosexualidad es la única expresión normal y natural de la sexualidad. “La vida erótica de los seres humanos es absolutamente variada y polimorfa. A diferencia de lo que puede ser la sexualidad en los animales, comandada por el instinto, en los seres humanos la vida erótica y sexual tiene una enorme variabilidad de formas, modos y voces”, explicó Martínez Donaire. Para el experto, hay tantas formas de goce como sujetos existen, donde cada persona encuentra su propio modo, personal y singular de vivir su vida amorosa. “Gracias a la inclusión y aceptación en el discurso social de estas variedades de la vida erótica -continuó-, hay una tendencia a etiquetar las modalidades en un intento por armar clasificaciones y tipos”. Según la Red para la Educación y Visibilidad de la Asexualidad (AVEN, por sus siglas en inglés), “un demisexual es una persona que no experimenta atracción sexual a menos que forme una fuerte conexión emocional con el otro. Se ve más comúnmente en las relaciones románticas, pero de ninguna manera se limita a ellas”. Sin embargo, este término no significa que se trate de una sexualidad incompleta o media, ni tampoco que la atracción sexual sin conexión emocional sea necesaria para una sexualidad completa. En general, los demisexuales no se sienten atraídos sexualmente por personas de cualquier género; sin embargo, cuando un demisexual está conectado emocionalmente con otra persona, experimenta atracción y deseo sexual, pero solo hacia la pareja o compañeros específicos. Dentro del grupo de asexuales, los demisexuales se diferencian porque se ubican entre la expresión de la atracción sexual y la asexualidad. “Para ellos la atracción sexual no aparece en los primeros encuentros ni es un recurso de conquista, tampoco se sienten atraídos ni fantasean con personas que exhiben sus cuerpos en las redes sociales o en los medios de comunicación. Pueden admirar la belleza física pero no es foco de atracción erótica”, explicó Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo. Fuente: Infobae