En el marco de su exitoso tour Fórmula, Vol. 3. “La Gira”, que ya tuvo shows en Perú, Ecuador y Chile, logrando sold outs en cada fecha, Romeo Santos se presentó este fin de semana en Vélez. Pasadas las 9 de la noche, el estadounidense de origen dominicano abrió su recital con “El Pañuelo”, ante la emoción de las romeistas que esperaban el regreso del artista al país. Haciendo un repaso por su trayectoria, no dejó de lado los clásicos de su carrera como “Eres mía” o “Cancioncitas de amor”, acompañado de una potente banda de más de 13 músicos en escena que dieron una presentación excepcional, no solo en la ejecución, sino también en la técnica sonora. Anthony Santos, nombre real del dominicano, no eligió Romeo como título artístico de casualidad, porque no solo es el conocido “Rey de la bachata”, sino que también es el rey de la galantería en el escenario. Todo su performance está atravesado por los temas que interpelan sus letras, canciones para dedicar, para enamorar o para transitar algún despecho. El “Chico de las poesías” no escatimó en simbolismos románticos para su show: tuvo un trono en el escenario y hasta subió a una fan vestida de novia que le dio un anillo como promesa de amor. Además, hizo bailar a su público con un medley de reggaetón, durante el que sonó “Ella quiere beber”, “Noche de Sexo”, “El Farsante”, entre otras, y no faltó “X si volvemos”, último single que sacó junto a Karol G. Tampoco podía dejar de lado la parte de su carrera artística que lo impulsó en su camino musical. En uno de los momentos más nostálgicos para los presentes, Romeo interpretó “Mi corazoncito”, “La boda”, “Un beso” y “Obsesión” de su época en la banda “Aventura”. Antes de cerrar el show, el artista salió de una bañera con pétalos de rosas azules para cantar “Huellas”, pero fue con el cierre que terminó su transformación sobre el escenario. Empezó siendo “El chico de las poesías” y terminó como el “Rey de la bachata” vestido con un traje de cuero rojo se retiró con “Propuesta indecente”, tema emblema de su repertorio. Romeo Santos supo reinstalar la bachata como género romántico, apadrinado por grandes del género como Juan Luis Guerra, pudo despegarse del merengue característico de República Dominicana que resonaba en las radios al principio de su carrera y logró reinventarse sin perder su identidad. Hizo exitosas colaboraciones en el género urbano, posicionándose entre los escuchas del reggaetón y aportando el lado apasionado de ese chico “que te trae serenatas” y que, entre perreo y coros, hace querer dedicar la canción.