Un informe del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) indicó que la inflación de los trabajadores se ubicó en el orden del 9,1% en mayo y se aceleró un 1,1% con respecto a abril. Es el valor es el más alto desde abril de 2002, cuando superó el 10%, tras el salto inflacionario derivado de la salida de la Convertibilidad. El documento señala que la inflación alcanzó el 42% en los primeros cinco meses del año y acumula 132% en los últimos 12 meses. "El aumento de este mes se debe a una suba importante en los precios regulados por el Gobierno, particularmente en servicios públicos. Eso nos lleva a pensar que se pueden tomar medidas para compensar", indicó el director general del CCD y exministro de Educación, Nicolás Trotta. "El aumento de este mes se debe a una suba importante en los precios regulados por el Gobierno, particularmente en algunas tarifas de los servicios públicos como electricidad y gas, que fue lo que provocó el aumento en el índice promedio a pesar de la desaceleración en la inflación que registraron nuestros especialistas en el sector de alimentos. Eso nos lleva a pensar que se pueden tomar medidas para compensar estas alzas de cara a los próximos meses", explicó Trotta. Según describen los analistas del IET, la inflación alcanzó el 42% en los primeros cinco meses del año, cifra que si se anualiza para el resto del año se transforma en un 132%. En tanto, la inflación interanual (esto es, contra el mismo mes del año previo) alcanzó al 115,7% y mostró la decimosexta aceleración consecutiva. La suba de mayo estuvo motorizada nuevamente por Vivienda (+23%), impulsada por subas del 54% en electricidad y del 27% en gas producto de la baja de subsidios implementada por el gobierno nacional. A ello se suman los alquileres, que subieron 8,4%. Asimismo, los especialistas destacan en el documento que “el resto de los capítulos subió por debajo del nivel general, aunque todos subieron por encima del 6%, algo que no se evidenciaba desde febrero de 1991, previo al Plan de Convertibilidad. Los alimentos y bebidas se desaceleraron y anotaron un 6,8%”.