En lo que va del año, ya hubo elecciones a gobernador en 17 provincias que decidieron desdoblar su calendario electoral para despegarse del comicio nacional. Desde febrero, con las primarias en La Pampa, cada disputa provincial se vivió en clave nacional. Especialmente, por la interna que vivió hasta el 13 de agosto Juntos por el Cambio (JxC). Las PASO nacionales evidenciaron que hacer una lectura linear de las competencias distritales en relación con la pelea presidencial fue error de concepto: Javier Milei dio un batacazo impreviso, ganando incluso en provincias que ni siquiera visitó durante la campaña. Empero, la votación de este domingo en Mendoza será de especial atractivo por tratarse de una provincia de peso político y por suceder a un mes de la elección nacional. En Mendoza están habilitados a votar 1.492.379, que representa el 4,22% del padrón nacional. Es la quinta provincia con mayor peso electoral, después de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y CABA. Es un distrito cuyo control político resulta relevante para todos los espacios que buscan llegar a la Casa Rosada el 10 de diciembre. A su vez, la elección mendocina despierta especial atractivo por ser la última disputa subnacional previa a la elección presidencial del 22 de octubre. Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa seguirán con atención el comicio mendocino. De los tres candidatos a presidente con mayores chances para ingresar en un ballotage, quien tiene un vínculo directo con un candidato provincial es la ex ministra de Seguridad. JxC discutió su interna en Mendoza desde finales del año pasado, hasta que la coalición se partió a nivel local. A su vez, la tierra del vino fue un lugar donde Bullrich disputó enfáticamente su pelea nacional con Horacio Rodríguez Larreta. Milei, Bullrich y Massa: cada cual atiende su juego Bullrich espera que un triunfo de JxC en Mendoza le de espaldarazo político a su candidatura presidencial. El líder de La Libertad Avanza, por su parte, no concedió su apoyo explícito a ningún candidato en esa provincia. No obstante, su espacio tiene puntos de contacto con La Unión Mendocina. Si ese frente se impone el domingo ante el oficialista Cambia Mendoza, Bullrich quedará herida y los libertarios lo vivirán con algarabía. En tanto, Massa sabe que en Mendoza el peronismo en sí está relegado y diseccionado. Una facción del PJ está anexada a La Unión Mendocina, de la mano del Frente Renovador local, que conduce el dirigente Jorge Difonso. Omar Parisi, con el sello Elegí Mendoza, es la expresión mendocina que sintoniza a nivel nacional con Unión por la Patria. Lucas Ilardo, compañero de fórmula de Parisi, es dirigente de La Cámpora, y cuenta con el respaldo de Anabel Fernández Sagasti, senadora nacional de Mendoza ligada a Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, la elección se presenta polarizada entre Cambia Mendoza y La Unión Mendocina. Más lejos aparecen Parisi, la izquierda y el partido verde. En este escenario, en el comando de campaña de Massa, con domicilio en Bartolomé Mitre al 300 de CABA evalúan que una derrota del radicalismo provincial puede lesionar a Bullrich. Alfredo Cornejo, líder de Cambia Mendoza, y Omar De Marchi, de La Unión Mendocina, son los principales candidatos que el domingo disputarán mano a mano la gobernación. Son dirigentes que supieron estar unidos, se conocen, y que los separó la vocación de poder. Hace más de un año que no se dirigen la palabra, lo cual llevó a que la campaña incluyera golpes debajo del cinturón. Como en Mendoza no hay reelección, Cornejo fue sucedido en 2019 por Rodolfo Suárez. No obstante, su incidencia política en la gestión y en el poder provincial es superlativo. El ex gobernador fue el candidato más votado en las PASO del 11 de junio y Cambia Mendoza encabezó la votación. Sin embargo, Luis Petri, dirigente radical y actual compañero de fórmula de Bullrich, se postuló como una lista interna del oficialismo y logró una buena performance, logrando el 17% de los votos. Por eso, Cornejo trabajó durante la campaña hacia el 24 de septiembre para garantizarse retener los apoyos que logró Petri. De Marchi, en tanto, buscó también disputar parte del electorado de Petri, que no eligió a Cornejo, e intentó pescar en la pecera de votantes que se ausentaron en las PASO o que eligieron a expresiones que quedaron a fuera de carrera o, bien, que quedaron muy relegadas. Se espera una elección polarizada y competitiva entre Cornejo y De Marchi, ante la mirada atenta de toda la política nacional.