A dos semanas de su asunción presidencial, el Papa Francisco envió a Javier Milei y Victoria Villarruel un obsequio simbólico para el catolicismo que manifiesta la diplomacia de la relación que -hasta el momento- parece coexistir. En los próximos días, Alberto Fernández tendrá un encuentro presencial con el principal representante de la Iglesia Católica en el Vaticano, una audiencia protocolar que será la última actividad internacional del actual mandatario. La cuenta oficial de la Oficina del Presidente Electo en la red social X informó que "Javier Milei recibió esta tarde un rosario que el Papa Francisco bendijo para él y la Vicepresidenta electa, Victoria Villarruel". Si bien el obsequio puede representar parte del protocolo diplomático, el gesto reencausa un vínculo que se proyectaba como roto. El rosario bendecido forma parte de una promesa que le realizó el Sumo Pontífice al propio Milei en su primera comunicación telefónica, el pasado martes. "El Papa Francisco se comunicó con nuestro futuro mandatario para felicitarlo y expresarle sus deseos de unión y progreso para nuestra Patria", precisaron desde el oficialismo electo, donde señalaron que el próximo mandatario se comprometió a recibirlo con honores en caso de una posible visita a la Argentina en 2024. Los cruces previos entre Javier Milei y el Papa Francisco Los cortocircuitos entre Francisco y Javier Milei comenzaron en la previa de las elecciones: luego de calificarlo como "el representante del maligno en la tierra", el candidato de La Libertad Avanza Javier Milei consideró que está "del lado de dictaduras sangrientas". En su entrevista con el periodista estadounidense Tucker Carlson, Milei aseguró que el Papa "tiene afinidad por los comunistas asesinos. De hecho, no los condena y es bastante condescendiente también con la dictadura venezolana", y lo acusó de ser "condescendiente con todos los de izquierda, aunque sean verdaderos asesinos". "Ha demostrado, además, una gran afinidad con dictadores como Castro o Maduro. Es decir, está del dado de dictaduras sangrientas", agregó en ese entonces. Meses después, el economista libertario se retractó por sus dichos y ofreció sus disculpas en el debate presidencial: "Yo había pedido perdón por eso y lo volvería a hacer. Porque si me equivoco no tengo problemas en decir que estoy arrepentido".