Lunes 29.04.2024
Actualizado hace 10min.

Mauricio Macri volverá a la presidencia del PRO

El ex mandatario será ungido esta semana y recupera en lo formal el partido que fundó hace veinte años. El factor Patricia Bullrich. La obsesión por las SAD. Incertidumbre por el organigrama. La larga reunión entre Karina y Jorge Macri. Intercambios con Santiago Caputo.

COMPARTÍ ESTA NOTA

Después del martes, cuando se oficialice como candidato único a la jefatura del PRO, el ex presidente se hará cargo otra vez, en los papeles, del partido que fundó hace más de dos décadas. En su entorno aseguraron que, en realidad, su vuelta al PRO no figuraba, al menos hasta el año pasado, entre sus principales objetivos. Su agenda internacional, resaltaron, lo mantuvo bien ocupado, y no tiene intenciones de resignarla: solo en el 2023, el ex presidente contabilizó unos cuatro meses afuera del país por su rol en la fundación FIFA, los vínculos globales y las charlas universitarias.

Puede que todo eso sea cierto. Pero a Macri le fascina el poder, y la decisión de volver a conducir las riendas del PRO obedece no solo a un intento urgente por revitalizar un partido al que incluso desde algunos sectores internos empezaron a escribirle el certificado de defunción, si no en la necesidad de influir en la gestión libertaria y de posicionarse como el interlocutor principal de Javier Milei de cara a una eventual confluencia electoral en los comicios del próximo año. Más allá de la actual alianza parlamentaria entre el PRO y La Libertad Avanza, cada vez más aceitada.

“No podemos hacer otra cosa que acompañar”, fue el mensaje que le bajó el ex jefe de Estado en los últimos meses a los innumerables dirigentes que lo visitaron, primero en Villa La Angostura, en su exclusiva casona del country Cumelén, en la que pasó unas largas vacaciones, y después en Olivos, en las oficinas sobre la avenida Libertador, por la que desfilan legisladores, intendentes, empresarios, gobernadores, periodistas y colaboradores. Un ritual que Macri empezó a disfrutar con mayor fruición cuando dejó la Presidencia, en 2019.

Está preocupado, y no se ocupa en ocultarlo. Su definición sobre el funcionamiento del gobierno hace más de una semana en su paso por Rosario, en una charla de la fundación Libertad en compañía de Federico Sturzenegger -uno de los escribas del DNU que el Senado rechazó el pasado jueves-, intentó ser un elogio cuando se refirió a un presidente “ajeno al sistema político” que merece, según pidió, un acompañamiento “a la altura de las circunstancias”, aunque segundos antes había deslizado: “Un verdadero outsider, es él, su hermana y las redes sociales”.

Según Macri, por la concentración del sistema de toma de decisiones en ese tridente del poder -las “redes sociales” remiten inequívocamente, además del presidente y su hermana Karina, al tercer integrante de la mesa chica del gobierno, el consultor Santiago Caputo- se explica, en buena medida, la inacción -parálisis, en algunos casos- en muchísimas áreas de la administración central. No hay una iniciativa, por menor que sea, que no tenga que pasar por ese filtro.

Hace un mes, al ex mandatario le acercaron un documento con información del Boletín Oficial con la cantidad de casilleros del gobierno que aún restaban completar de manera oficial: hasta el momento en que recibió ese papel, todavía eran miles. “Había nombrados solo un tercio de los funcionarios”, explicaron. Nicolás Posse, el jefe de Gabinete, trabaja, además, como virtual jefe de Recursos Humanos. Por despachos oficiales, y de la oposición, circuló, en ese contexto, la ejecución presupuestaria de los ministerios, con cifras alarmantes en algunas áreas.

Abundan los ejemplos. Uno de los casos más resonantes es la Secretaría de Minería, un cargo estratégico, sin nadie a cargo. Hace dos semanas, en la feria más importante a nivel mundial (FDAC por sus siglas en inglés), en Canadá, el Gobierno no envió representantes nacionales: pululaba solo un cuadro técnico de menor jerarquía del Ministerio de Economía. Y para peor: también las ex secretarias Flavia Royón y María Fernanda Ávila.