San Juan está de luto tras la inesperada muerte de Hugo Amat, un destacado empresario que dejó una marca indeleble en el sector agrícola. Amat, reconocido por su vivero homónimo y su firme compromiso con las necesidades del campo sanjuanino, falleció ayer, dejando un notable vacío entre sus familiares, amigos y en la comunidad agrícola en general. Iniciando su carrera en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Amat estableció su negocio de venta de plantines a principios de los años 90. Durante un período de crecimiento en la agricultura, impulsado por incentivos fiscales, supo aprovechar el auge de plantaciones, especialmente de olivos y vides, consolidando su empresa como un pilar en la región. Su influencia no se limitó a la provincia; también logró expandirse a nivel regional e internacional con la exportación de sus plantines. Su empresa llegó a ser sinónimo de calidad y profesionalismo en el sector de viveros, y su nombre quedó estrechamente ligado al avance agrícola de la provincia. El impacto de su fallecimiento es profundo en Pocito, donde su apellido se había convertido en sinónimo de dedicación al sector agrícola. La noticia ha causado una gran tristeza en el departamento y en toda la comunidad sanjuanina, que lamenta la pérdida de un hombre cuya vida estuvo dedicada al avance de la agricultura local. A pesar del duelo, el legado de Hugo Amat continuará siendo un testimonio de su pasión y dedicación por la tierra que cultivó y por la comunidad que ayudó a prosperar.