Cada año electoral los gobiernos se vuelven pródigos a la hora de aumentar el gasto público en sus presupuestos. Javier Milei, aunque más moderado, no es la excepción: en el proyecto de ley de presupuesto que envió al Congreso se anticipa que el gasto total del sector público nacional subirá en 2025 un 4,2% en términos reales respecto de este año, el cual estuvo dominado por un fuerte ajuste en la mayoría de las partidas. A diferencia de sus antecesores, el presidente libertario decide abrir el grifo de las erogaciones en un marco estricto de déficit cero, una regla que pretende perpetuar por ley. Confía en que la economía crecerá cinco puntos el año próximo; esta suba –que redundaría en mayores ingresos– le permitiría relajar el ajuste sobre todo en partidas electoralmente sensibles. Esta laxitud se observa en la caída del gasto en términos del PBI: mientras este año se derrumbó un 4,7% respecto de 2023, en 2025 la reducción será mucho más leve, de 0,2%, según precisa la consultora Iaraf, que conduce Nadin Argañaraz. Hay tres grandes rubros en el proyecto de ley del presupuesto que Milei envió al Congreso que registran un importante incremento en el gasto respecto de este año: la obra pública, los fondos destinados a las políticas alimentarias y la atención de la niñez, y los giros a las provincias. Por contrapartida, se observa una drástica caída en la asignación presupuestaria destinada a la vivienda y a los subsidios energéticos (-41,3% en términos reales), lo que redundará en nuevos incrementos en las tarifas de luz y gas. De hecho, en el proyecto el Poder Ejecutivo establece como objetivo para el año próximo que el 84,83% del costo de la energía sea cubierto por los usuarios vía tarifas. En materia de salud también se observa un incremento sustancial: un 40,3% de suba en términos reales respecto de este año, señala ASAP. En este rubro las prioridades son dispares, porque si bien se refuerzan en un 65% los fondos para el Plan 1000 días –que apunta a la atención y cuidado integral de la salud durante el embarazo y la primera infancia–, cae en términos reales programas claves del Ministerio de Salud, como “Prevención y control de enfermedades transmisibles e inmunoprevenibles” (con apenas seis millones de pesos aumento) y “Acceso a medicamentos, insumos y tecnología médica” (que pasará de $103 a 120 millones). El presupuesto destinado a seguridad social –que comprende el pago de jubilaciones y pensiones, asignaciones familiares, pensiones por invalidez, entre otros programas–, si bien aumenta un 7,3% en términos reales muestra también asignaciones dispares. Por caso, las jubilaciones tendrán un aumento del 3,2% real respecto de este año, pero no se prevé refuerzos en la partida que se destina al pago del bono de $70.000 para los haberes mínimos,