Luego de doce horas de espera, los alumnos, docentes y no docentes que participaron de la toma de la Facultad de Filosofía de la UNSJ acordaron levantar la medida y comenzar otra etapa de lo que aseguran que será “un plan de lucha por la supervivencia de la universidad”, debido a que se reunirán de nuevo este lunes. Principalmente la actividad fue promovida por la Federación Universitaria, integrada por alumnos, que luego se sumaron los sindicatos de los trabajadores. Este grupo decidió seguir en alerta los próximos días y no descartan volver a tomar otro edificio. Desde el Rectorado aseguraron que el reclamo y su formato es “válido”, "correcto" y por lo mismo decidieron no intervenir, además que aseguraron la seguridad de los manifestantes. En representación del grupo que ocupó la facultad durante la noche del miércoles 9, fue la presidenta de la Federación Universitaria, Cinthia De Luca, explicó porque tomaron esa decisión “siguiendo los lineamientos y medidas tomadas en otras universidades a nivel nacional”. El objetivo principal de los estudiantes era visibilizar la situación de la educación superior, luego de que el presidente, vetara finalmente una ley aprobada en el Congreso. Al caer la noche, expuso, “fue una reunión de estudiantes autoconvocados y de los centros de estudiantes de todas las facultades, donde se debatió la situación y conocimos distintas miradas sobre lo que está sucediendo”. Además, reclamó que "hay 79 alumnos de la UNSJ que están esperando que giren fondos de Nación para poder contar con sus becas de investigación".  Ricardo Coca, secretario Administrativo y Financiero de la UNSJ, dijo que tras el veto de Milei a la ley de financiamiento universitario, la institución se verá enfrentada a problemas económicos si no hay un presupuesto que sea superior. “Nos preocupa que el presupuesto 2025 no cubre más que el 55% de lo que solicitamos, incluso si se cumple el 18% de inflación que anunciaron y podría llevar a una crisis atroz”, dijo. Detalló que durante el 2024, siguieron con las becas y el comedor gracias al aumento que hubo tras la marcha de abril. Pero tuvieron que acortar equipamientos, intercambio de estudiantes y congresos.