La rápida baja del dólar libre, tanto del blue como de las cotizaciones financieras, remarcó el cierre de la semana que pasó, y tal parece haber anticipado los tiempos del Banco Central. Luego de la reducción de la tasa de interés de referencia de política monetaria antes de lo previsto, fue una medida que el mercado esperaba para el mes de enero, una vez despejado el impacto en los precios de un mes inflacionario como suele ser diciembre, los operadores ahora ponen su atención al ritmo de devaluación. El propio presidente Javier Milei, ya había anticipado que, si la inflación se mantenía en los mismos niveles de octubre (2,7%) durante dos meses seguidos, el ritmo de crawling peg, lo que significa una suba diaria del dólar oficial, actualmente en 2% mensual, se corregiría a la baja, para poder llevarlo a la mitad. Según lo que había expresado el Presidente, el ajuste mensual del dólar oficial, que funcionó como un ancla importante para las expectativas inflacionarias al comienzo del año, se ha transformado en un factor de inercia o de “inflación inducida por el programa económico”. Por ahora, el equipo económico ha sido explícito en relación a la eliminación del cepo, al menos las centrales. En tanto no se disponga de fondos frescos para afianzar las reservas, no se levantarán los controles ni tampoco se eliminará la norma por la que más se quejan los inversores, la célebre 7340, que prohíbe operar simultáneamente en el mercado de cambios oficial y financiero. “No la vamos a eliminar. Es una regulación integral del cepo, parte central del chequeo de información”, confirmó Bausili en una presentación en la Bolsa de Comercio de Córdoba.