Durante los oficios del ‘Te Deum’ celebrados este martes 31 de diciembre en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco destacó el papel de Roma como un espacio de acogida universal para el Jubileo 2025, describiéndola como “un lugar abierto para los peregrinos de la esperanza”. En su homilía, el Pontífice reflexionó sobre los retos que ha enfrentado la capital italiana en el último año, marcado por múltiples obras destinadas a preparar la ciudad para el evento. Agradeció al alcalde, Roberto Gualtieri, y señaló que Roma tiene la misión de recibir a personas de todo el mundo para que “todos puedan reconocerse como hijos de Dios y hermanos entre sí”. El Papa subrayó que esta vocación de fraternidad no es una idea abstracta, sino una llamada concreta inspirada en Jesús, “el Hijo encarnado que nos enseña el camino hacia un mundo fraterno”. Además, relacionó este mensaje con el lema del Año Santo, destacando el significado profundo de las transformaciones que vive la ciudad como parte de este propósito. Francisco también hizo referencia a su encíclica ‘Fratelli tutti’, apuntando que la esperanza de una fraternidad universal implica preparar a Roma no solo para católicos, sino para personas de diferentes credos y quienes buscan justicia, libertad y paz. “Roma debe ser un punto de encuentro para quienes peregrinan con esperanza y anhelan un mundo más unido”, afirmó. El Papa concluyó la celebración litúrgica invitando a todos a reflexionar sobre el año que comienza, animando a avanzar juntos como “peregrinos de esperanza” y a fortalecer los lazos de fraternidad. También elevó una plegaria para que Dios otorgue fuerza a la humanidad en su camino hacia una convivencia más solidaria y fraterna.