El pasado sábado, un enfrentamiento entre un piletero y el propietario de una vivienda en un barrio privado de Rawson terminó con el descubrimiento de 9 armas de fuego. Este jueves, el acusado, Miguel Adolfo Carmody, recibió una condena de dos años de prisión condicional, es decir, sin encierro, por los delitos de tenencia ilegal de armas de fuego de uso civil y de guerra, según informaron fuentes judiciales. El fiscal encargado del caso fue Francisco Nicolía, de la UFI Genérica. El incidente tuvo lugar en el Barrio San Juan de los Olivos. Cerca de las 8 de la mañana, el piletero, identificado como Ariel Vargas, ingresó al complejo para realizar tareas de limpieza en varias piscinas. En ese contexto, Carmody le prestó un barral para llevar a cabo su trabajo. Sin embargo, alrededor de las 14:30, cuando Vargas fue a devolverle el barral, se desató el conflicto. Carmody intentó agredirlo con el mismo barral, y acto seguido entró a su casa, de donde sacó un arma de fuego de aproximadamente 1 metro de largo. Con la culata del arma, golpeó a Vargas en la cabeza y el tórax. Luego, también dañó la motocicleta del trabajador de una patada. Tras la denuncia presentada por Vargas, dos días después se realizó un allanamiento en la vivienda de Carmody. Durante el procedimiento, se incautaron: Una carabina calibre 44 marca Winchester. Una carabina de aire comprimido calibre 4,5 mm marca Mahely. Un pistolón calibre 22. Una pistola calibre 6 mm marca Flovert. Una pistola marca Mauser calibre 7,63 mm. Cuatro réplicas de armas en versión mini. Según el peritaje realizado por la División Criminalística, tanto una de las armas de uso civil como una de las armas de guerra resultaron funcionales para el disparo. Sin embargo, Carmody no contaba con la autorización legal para poseerlas. Además de la condena condicional, Carmody deberá cumplir durante dos años con ciertas reglas de conducta, entre ellas, la prohibición de acercarse o contactarse de cualquier forma con el denunciante.