En diciembre del 2024, los precios de los agroalimentos en el país subieron significativamente al multiplicarse por 3,9 veces entre el productor y el consumidor, según el Indicador de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Esto quiere decir que, en promedio, el consumidor pagó $3,90 por cada $1 que recibió el productor. Este fenómeno se traduce en una menor participación del productor con respecto a los precios finales de venta, que cayó un 11,4% en comparación con noviembre, representando solamente el 21% del precio final. Las economías regionales enfrentaron un panorama complicado, marcado por un consumo débil y altos costos de producción, sumado a la presión de la competencia internacional debido a la apertura de importaciones. Esta situación provocó que los productores nacionales queden en desventaja frente a los altos costos de insumos, logística e impuestos. El informe de CAME destaca que los productores de productos como la zanahoria y la naranja enfrentan una fuerte baja de precios en origen debido a una oferta excesiva y la llegada de los productos importados, lo que coloca a los productores locales en una situación difícil. Por otra parte, productos como la frutilla vieron aumentos en sus precios debido al final de la temporada de producción y la escasez de stock, o al incremento en el costo para los consumidores. Con una caída en la participación del productor en el precio final y la presión de los costos crecientes, el escenario para los agroalimentos en Argentina sigue siendo incierto, lo que exige un análisis mucho más profundo sobre el impacto de la apertura de las importaciones y la necesidad de fortalecer la producción local frente a la competencia internacional.