En un contexto de retroceso prolongado, las pequeñas y medianas empresas (Pymes) industriales de Argentina advierten en cuanto a los efectos negativos de la contracción ejercida de la actividad económica, la cual acumula 18 meses de baja. Según un informe reciente del Observatorio de Industriales Pymes Argentinos, los emprendedores del sector piden con suma urgencia políticas de reactivación económica para poder enfrentar la caída del empleo, la baja en la actividad y el consumo interno. El informe manifiesta que, hasta el tercer trimestre de 2024, el Producto Bruto Interno (PBI) argentino registró una baja acumulada del 3%, lo que aumenta la percepción de una recensión económica persistente. Más allá de los esfuerzos por estabilizar esta situación, las señales siguen siendo preocupantes. En noviembre del 2024, el índice de producción industrial manufacturera experimentó una caída interanual del 1,7%, con un retroceso acumulado de 10,7% en los primeros 11 meses del año. Pese a ello, algunos sectores, como el de alimentos y bebidas, reflejaron una recuperación, con un crecimiento del 8,4%, impulsado por la mejora de la sequía en 2023. Además, los emprendedores de las Pymes industriales festejaron el superávit comercial de USD 1.234 millones en noviembre de 2024, resultado de un aumento en las exportaciones y una reducción en las importaciones debido a la desaceleración económica interna.  Como último tema, el informe aborda la cuestión del tipo de cambio real, señalando que el peso argentino se consideró en un 40% en 2024, lo que comprometió la competitividad exportadora. A pesar de que la política de devaluación controlada se logró estabilizar en el mercado cambiario, persisten riesgos relacionados con el déficit de la cuenta corriente y la presión externa por posibles ajustes cambiarios en 2025.