Una tragedia conmocionó a la localidad de Allen, en Río Negro, cuando Francisco Licanqueo, un hombre de 65 años, murió ahogado en el Canal Grande después de intentar rescatar una pelota de vóley que había caído al agua. El hecho ocurrió durante la tarde de el pasado viernes, mientras Licanqueo paseaba junto a su esposa cerca de la pista de atletismo.  Según testigos, un grupo de estudiantes había perdido dos pelotas en el canal, y Licanqueo, en un acto de solidaridad, decidió ingresar al cauce para recuperarlas. Sin embargo, en una sección del canal existe un salto de agua que aumenta la fuerza de la corriente, lo que probablemente contribuyó a que el hombre fuera arrastrado. Un joven que transitaba por un puente peatonal cercano avistó un cuerpo flotando y alertó a las autoridades. Efectivos policiales llegaron al lugar y encontraron a Licanqueo sin vida en la margen norte del canal, a unos 200 metros de la calle Bahía Blanca. Personal de la Brigada Motorizada logró extraerlo del agua, pero los esfuerzos por reanimarlo fueron en vano. El caso quedó bajo la jurisdicción de la Comisaría N° 33 de Allen, con intervención de la fiscal Ana Hernando, quien continúa investigando las circunstancias del hecho junto al gabinete de Criminalística. La muerte de Francisco Licanqueo pone en evidencia los riesgos asociados a los canales de riego en la región. A pesar de las advertencias de las autoridades sobre la prohibición de bañarse en estos cauces debido a la falta de guardavidas y las fuertes corrientes, muchos residentes continúan utilizándolos para refrescarse durante los días de calor. Las autoridades locales reiteraron la importancia de respetar estas prohibiciones para evitar tragedias similares en el futuro. "Los canales no son lugares seguros para bañarse o ingresar. Las corrientes pueden ser engañosas y mortales", señaló un vocero policial.