La marcha por el crimen de Kim Anura Gómez, la niña de 7 años asesinada este martes por la noche durante un robo en la zona de Altos de San Lorenzo, se descontroló al llegar a la Municipalidad de La Plata este miércoles por la tarde. Hubo incidentes y la gente destruyó parte de la fachada del edificio. Ahora, los vecinos se movilizaron hacia la Gobernación. Frente a las rejas, gritaron: “Hijos de puta” y “asesinos”. Fuentes del caso dijeron a Infobae que “la familia de la víctima no estaba detrás de la convocatoria”. Incluso, a las 19 comenzaba la despedida de los restos de la niña asesinada y hubo una columna de vecinos que quiso acompañar a los padres de Kim en el velatorio. El reclamo para pedir justicia por el crimen de Kim, que tiene a dos adolescentes de 14 y 17 años detenidos, comenzó a las 17, en el cruce de las calles 28 y 84 de la capital bonaerense. Desde ahí los manifestantes se movilizaron hacia la Plaza Moreno, en el corazón de La Plata. En ese lugar colocaron velas, en conmemoración a la pequeña víctima de un nuevo hecho de inseguridad. La gente llevó carteles reclamando Justicia. A diferencia de otras protestas, en esta oportunidad se pudo observar una gran cantidad de niños junto a sus padres. Luego del encendido de velas, la gente dio una vuelta a la plaza y avanzó hacia la Municipalidad platense, que está ubicada justo enfrente, sobre la calle 12. Allí comenzaron los disturbios: rompieron vidrios y se produjeron destrozos. Fuentes oficiales dijeron que los daños fueron “en el Blindex que está previo a la puerta de ingreso y en los vidrios de unos ventanales”. Tras los incidentes, la movilización siguió camino hacia la Gobernación. La gente que iba en motos era la encargada de encabezar la columna de gente y cortar las calles para que la marcha avance. Poco después de las 19, los vecinos llegaron al edificio de la Gobernación. A diferencia de lo que pasó frente a la Municipalidad de La Plata, la gente se plantó frente a la reja a los gritos: “Hijos de puta”, “asesinos” y el “qué se vayan todos, que no quede ni uno solo”. Incluso, había gente con cacerolas y las bocinas no paraban de sonar. “Seguridad, a mí no me interesa una plaza linda donde no hay seguridad y matan a los chicos todos los días. Es básico”, dijo una de las manifestantes ante la prensa. “Pagar con la sangre de una criatura es demasiado, le están pidiendo demasiado al pueblo. Por eso digo basta”, se sinceró una de las vecinas que anoche, mientras los policías buscaban a los asesinos de Kim, ella tenía el helicóptero de la Policía Bonaerense sobrevolando sobre su casa. Y concluyó: “Yo trabajo, no soy delincuente. Los platenses decimos ‘basta’, no queremos que sea Rosario. Hasta acá”. En paralelo, mientras en las rejas de la Gobernación prendían velas y pegaban carteles con reclamos de Justicia, otra columna de vecinos en silencio y con respeto llegó hasta la sala velatoria donde se hace la despedida de los restos de Kim Gómez. La gente se agolpó sobre la puerta de la sala velatoria, con carteles en alza que exigen Justicia por Kim y encendieron velas. En ese contexto, una amiga de la familia salió a la vereda y les pidió a los vecinos que muevan la movilización hacia la esquina, ya que la familia necesita su espacio. Se sabía que querían que el adiós a los restos fuera algo íntimo. El silencio sólo se rompió cuando la voz de una mujer pidió “Justicia por Kim”, y los aplausos la siguieron. Fue segundos antes de que llegara la familia de la nena asesinada al lugar.