En las últimas horas, dos policías sanjuaninos demostraron que su labor va más allá de mantener el orden, también salvan vidas. Con actos heroicos y rápidas decisiones, el cabo Jorge Flores y el agente Leandro Ortiz se convirtieron en la diferencia entre vivir y morir para una beba de 8 meses y una mujer mayor. La primera se estaba asfixiando, mientras que la segunda, cayó al piso sin signos vitales y tuvo que ser reanimada, dijeron fuentes policiales. El primero de estos hechos ocurrió en el Destacamento N°1 de Bomberos de Rawson. Allí trabaja el cabo Flores. En medio de su guardia, fue alertado por unos menores sobre una mujer descompensada a pocos metros del lugar. Al llegar, el bombero encontró a una mujer de 55 años tendida en el suelo, sin signos vitales. Sin dudarlo, el efectivo realizó maniobras de RCP, logrando restablecer su ritmo cardíaco. La mujer fue trasladada al centro de salud René Favaloro, donde el doctor Raúl Riveros la estabilizó y diagnosticó un paro cardiorrespiratorio. Posteriormente, fue derivada al hospital Marcial Quiroga para continuar con su recuperación. Horas más tarde, en la Unidad Operativa Mogote 2, el agente Ortiz enfrentó una situación igualmente crítica. Una mujer de 33 años llegó desesperada, cargando a su hija de 8 meses, quien se encontraba ahogada y sin respiración. Con calma y determinación, Ortiz tomó a la bebé y comenzó a practicarle maniobras de reanimación. Tras cinco minutos de esfuerzo, la pequeña comenzó a llorar y a expulsar mucosidad, recuperando la normalidad en su respiración. La ambulancia del 107 llegó al lugar y trasladó a la niña al Hospital Rawson para monitorear su evolución, precisaron en la fuerza.