En la tarde del martes 18 de marzo, un llamado de emergencia al 911 alertó sobre un bebé de un año que estaba vomitando sangre en una casa ubicada en el Barrio Las Pampas, en el departamento Pocito. Al llegar al lugar, los efectivos policiales encontraron al menor en grave estado. Según contaron los familiares, el niño comenzó a vomitar sangre poco antes de la llegada de la policía, y su condición empeoró rápidamente. Los agentes notaron que el bebé tenía una baja saturación de oxígeno, su piel se volvía amarillenta y mostraba signos de desvanecimiento. Ante la urgencia de la situación, los uniformados contactaron al personal de emergencias médicas del 107 y comenzaron a realizar maniobras de reanimación para estabilizar al niño. Debido a la gravedad del caso y la demora de la ambulancia, los policías tomaron la decisión de trasladarlo en un móvil policial al hospital. Durante el trayecto, los policías continuaron brindando apoyo médico al menor, logrando mantenerlo estable hasta llegar al Hospital Federico Cantoni, donde el equipo médico lo atendió de urgencia y consiguió estabilizarlo. Fuentes del hospital informaron que el bebé quedó internado para realizar estudios y determinar la causa de los vómitos con sangre. Los policías jugaron un rol crucial al salvarle la vida al bebé, logrando que llegara con vida al hospital.