La comunidad educativa de General Rodríguez se encuentra conmocionada tras un violento episodio ocurrido en la Escuela Secundaria N.º 13, donde un niño de 12 años fue brutalmente agredido por tres adolescentes luego de negarse a entregar las golosinas que tenía en su poder. El menor permanece internado en terapia intensiva, con pronóstico reservado. El hecho, que trascendió en las últimas horas, ocurrió el pasado viernes durante el horario de recreo. Según fuentes oficiales, los agresores —de 13, 14 y 17 años— ingresaron al establecimiento pese a no haber asistido a clases ese día. Una vez en el patio escolar, se acercaron al niño y le exigieron que les diera las golosinas. Ante su negativa, comenzaron a golpearlo salvajemente. Durante la agresión, uno de los adolescentes le propinó una fuerte patada en la cabeza, provocándole un hundimiento de cráneo. El menor fue trasladado de urgencia al Hospital Vicente López y Planes, donde fue ingresado a la unidad de terapia intensiva pediátrica. Los médicos evalúan una posible intervención quirúrgica. Tras la golpiza, los tres jóvenes escaparon del establecimiento pero fueron posteriormente aprehendidos por la Policía. La fiscal Alejandra Piqué, de la UFI N.º 6 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez, ordenó que los adolescentes sean alojados en institutos de menores. La causa fue caratulada como homicidio en grado de tentativa. El grave episodio se conoció en paralelo a otra alarmante situación ocurrida en la Escuela Media N.º 4 de Ingeniero Maschwitz, donde un grupo de alumnos de entre 13 y 15 años fue denunciado por planificar un tiroteo escolar a través de un grupo de WhatsApp llamado “Tiroteo escolar”. En los mensajes, los adolescentes hablaban explícitamente de asesinar a “quien toque” dentro del colegio. La investigación del caso está a cargo de la Fiscalía del Fuero Penal Juvenil de Zárate-Campana. Tras denuncias realizadas por padres de alumnos, se realizaron allanamientos, se secuestraron teléfonos y se dictaron medidas de restricción perimetral para los implicados, quienes no podrán acercarse al establecimiento por un período de cuatro meses. Estos hechos reavivan el debate sobre la violencia escolar, la seguridad en los establecimientos educativos y la necesidad urgente de implementar políticas de prevención y contención para evitar tragedias.