La CGT marchó con los jubilados ante el Congreso en una postal que reprodujo milimétricamente el espectro de diferencias internas que existen ante el paro general de este jueves. Los dirigentes que se mostraron en la calle son los mismos que promueven el endurecimiento ante el Gobierno, mientras que los que no están de acuerdo en parar se ausentaron, pero se preocuparon por enviar a sus manifestantes como para dejar en claro que no están tan lejos de sus colegas más díscolos. A diferencia de otras movilizaciones callejeras recientes, en la zona del Congreso había presencia de una gran diversidad de sindicatos enrolados en la CGT, algunos con columnas más reducidas. Probablemente fue una forma de que aún los dirigentes más críticos del nuevo paro general no sean tildados de “libersindicalistas”, como en los pasillos gremiales se califica a la dirigencia de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que, para alegría del Gobierno, decidió no adherir a la huelga. Aun así, varios de los sindicalistas que salieron a la calle este miércoles estuvieron sólo un rato mezclados con sus pares y sus afiliados como para salir en las fotos y luego abandonaron el lugar. Los dirigentes que encabezaron la columna de la CGT fueron dos de sus cotitulares, Héctor Daer (Sanidad) y Octavio Argüello (Camioneros), más Andrés Rodríguez (UPCN), Sergio Romero (UDA), Rodolfo Daer (Alimentación), Cristian Jerónimo (vidrio), Horacio Otero (UOM), Hugo Benítez (textiles), Pablo Flores (AFIP), Omar Plaini (canillitas) y Vanesa Núñez (UTEDYC), entre otros. Varios de esos dirigentes aportaron numerosos manifestantes de sus sindicatos al acto de los jubilados, como fue el caso, por ejemplo, de UPCN, Camioneros, Sanidad, UDA, Alimentación, la UOM y SMATA. Quienes no estuvieron en la zona del Congreso (o al menos se alejaron de las cámaras) fueron Gerardo Martínez (UOCRA), que igual estuvo presente a través de una compacta columna de su gremio, al igual que José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Armando Cavalieri (Comercio), quien sumó definiciones críticas hacia la Casa Rosada: en un comunicado, bregó por “la justicia social, la educación, el sistema solidario de salud, la seguridad social y el desarrollo, enfatizando que los jubilados no pueden ser rehenes de las políticas sociales y económicas que lleva adelante el Gobierno Nacional”. “Nuestro compromiso debe focalizarse en la unidad y la construcción de un Estado sólido, sin perder el rumbo y seguir por la senda de un proyecto colectivo cimentado en el diálogo y el trabajo mancomunado, lo cual es sumamente necesario para no perder nuestros derechos”, resaltó. También se destacó la fuerte columna de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), encabezada por su titular, Juan Carlos Schmid, junto con otros dirigentes de la entidad como Pablo Biró (pilotos), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Raúl Durdos (SOMU), Graciela Aleñá (viales), Jorge García (taxistas), Néstor Segovia (metrodelegados) y Rubén Fernández (UPSA). De esta forma, la CGT comenzó en la calle con una protesta contra Milei que seguirá este jueves con el paro general de actividades, el tercero desde que se inició la gestión de Milei. Y que está rodeado de características singulares: por un lado, la decisión de la UTA de no adherir al paro, que le quitará contundencia porque los colectivos funcionarán normalmente, y, por otro, el anuncio que le hizo Daer a sus colegas hace 24 horas sobre su resolución de no seguir otro mandato al frente de la CGT. También fue singular el hecho de que la CGT anunciara que su medida de fuerza se extendería durante 36 horas: sólo consistió en la movilización de esta tarde (que requería de medios de transporte para que la gente llegara al Congreso) y recién esta medianoche arrancará el paro general de 24 horas.