El juez de Garantías Roberto Montilla quedó en la mira de la Justicia luego de que intentara intervenir en un expediente penal fuera de su competencia. Según la acusación presentada por la Unidad Fiscal de Delitos Especiales, Montilla habría intentado influir en la situación procesal de José Benito Martín, un hombre de 75 años detenido en la Comisaría 4ª por una denuncia por estafa. El caso, que estaba bajo la órbita del Sistema Especial de Flagrancia, no correspondía a la jurisdicción del magistrado. Sin embargo, los registros de las cámaras de seguridad y los testimonios de policías y ayudantes fiscales indican que Montilla se presentó personalmente en la comisaría y mantuvo un diálogo de al menos 15 minutos con efectivos policiales, solicitando el traslado del detenido a un hogar para adultos mayores. Días más tarde, el juez se dirigió a la oficina del fiscal Carlos Grassi, quien lleva adelante la causa, para dialogar sobre el expediente. No obstante, personal del Ministerio Público Fiscal rechazó el contacto directo, recordándole que ese tipo de gestiones debía hacerse por escrito o a través de un abogado. Esa actitud generó sospechas sobre una posible intención de influir en la causa, sobre todo porque, según trascendió, la familia de Montilla consideraría al imputado “como un tío”. Incluso la esposa del juez también habría acudido a la comisaría para interiorizarse de la situación del detenido. Ante estos hechos, el fiscal Grassi formalizó el pedido de audiencia para investigar a Montilla por los delitos de usurpación de funciones públicas, en grado de tentativa, e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Según lo establece el Código Procesal Penal de la provincia, el magistrado podría ser juzgado sin necesidad de ser previamente destituido. En caso de no comparecer ante la Justicia, se podría solicitar la apertura de un Jury de Enjuiciamiento. Cabe destacar que José Benito Martín fue posteriormente sobreseído gracias a la aplicación del criterio de oportunidad, ya que había reparado el daño económico —unos $220.000— y debido a su edad avanzada.