Durante la tarde de este martes 13 de mayo, el clima en los pasillos de Tribunales se volvió particularmente tenso. El juez de Garantías Javier Figuerola decidió desvincular a Juan Pablo Echegaray de la causa que investiga la muerte de Lucía Rubiño, la adolescente que perdió la vida tras ser atropellada el 15 de octubre de 2023. El joven, hijo de un juez federal, había sido imputado por homicidio culposo, pero finalmente fue sobreseído. La decisión judicial estuvo alineada con el pedido del fiscal Iván Grassi, quien había solicitado esa medida tras una nueva reconstrucción técnica del hecho. Desde el entorno de la víctima, la resolución fue recibida con desconcierto e indignación. El abogado de la familia Rubiño, Marcelo Fernández, confirmó que apelarán la medida ante el Tribunal de Impugnación. Aunque el conductor que embistió a Lucía fue N.M., un menor de edad, y continúa imputado por homicidio con dolo eventual, la querella sostiene que Echegaray tuvo un rol determinante en el episodio. De acuerdo a diversos testigos, tanto la Toyota Hilux que conducía Echegaray como el Renault Sandero del menor circulaban a alta velocidad, y fue una maniobra del primer vehículo la que habría obligado al adolescente a desviarse y chocar, provocando así la tragedia. Ese planteo fue central en la acusación contra el joven. La defensa de la familia también cuestionó la primera reconstrucción oficial, al considerar que minimizaba su participación. Fue por ese motivo que el fiscal Grassi pidió una segunda reconstrucción, elaborada por peritos del Ministerio Público Fiscal de Mendoza, cuyos resultados llevaron a solicitar el sobreseimiento, luego respaldado por Francisco Micheltorena, coordinador de la UFI de Delitos Especiales. En sus declaraciones, Echegaray siempre negó haber influido en el accidente. Representado inicialmente por la defensora Sandra Leveque, el joven admitió que se fue del lugar por temor, pero afirmó sentir profundo pesar por lo ocurrido.