La ceremonia se llevó a cabo en Rodeo y estuvo encabezada por la ministra de Educación, Silvia Fuentes, quien subrayó que “nombrar a una institución es reconocer su historia y a las personas que la inspiran”. La acompañaron autoridades provinciales, entre ellas Mariela Lueje, secretaria de Educación; Juan Pablo Perea, ministro de Minería; Carlos Platero, ministro de Familia y Desarrollo Humano; el intendente Jorge Espejo, y miembros de la comunidad educativa. Felipa Rojas, popularmente conocida como “la médica de la alfalfa”, vivió en Tudcum, en una zona rural conocida como “Los alfalfares”, donde ayudó durante décadas a sus vecinos con sus conocimientos empíricos de salud. Falleció en 2010, y aunque su DNI indicaba que tenía 96 años, ella solía contar que fue registrada a los 8, por lo que habría vivido aún más tiempo. Era consultada por sus saberes y prácticas naturales, y era capaz, según los vecinos, de diagnosticar enfermedades observando la orina y de indicar tratamientos caseros con hierbas, sin dejar de aconsejar que se acudiera también a médicos profesionales. Durante el evento se realizó el descubrimiento de una placa conmemorativa y se dio lectura a la ley de imposición del nombre. También hubo espacio para el recuerdo personal: Robert Rojas, familiar de Felipa, compartió anécdotas de su vida y su profundo compromiso con la comunidad. La directora de la escuela, Mónica Loyola, destacó el valor simbólico del cambio: “El nombre de una institución es un símbolo, un legado y una forma de inspirar a las futuras generaciones”. La ahora EEE Felipa Rojas fue fundada en 1997 y hoy brinda atención a 50 estudiantes, con una propuesta educativa que va desde la atención temprana hasta la inclusión laboral, bajo un enfoque integral y personalizado. Este homenaje busca preservar la memoria de una mujer que, sin formación médica formal, se convirtió en un pilar del cuidado comunitario y en un ejemplo de entrega solidaria para todo Iglesia.