El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, lanzó una dura crítica al modelo económico del presidente Javier Milei durante un acto con militantes del Movimiento Derecho al Futuro en La Plata. En un discurso cargado de referencias históricas, Kicillof afirmó que la política económica actual es "una receta neoliberal que no es nueva: es la continuidad de Martínez de Hoz, de Cavallo y de la era Macri", y denunció que la supuesta baja inflacionaria se consigue "con un dólar planchado y un salario destrozado". Ante un auditorio en el barrio Los Hornos, Kicillof subrayó que el ajuste del gobierno nacional "no solo afecta a los trabajadores, sino también a las provincias", al acusar a Milei de ser "antifederal". "Esa supuesta reducción de la inflación tiene dos causas claras: la devaluación brutal que empobreció a millones y la caída del salario real. No hay magia, es hambre", remarcó. El mandatario provincial también apuntó contra las relaciones internacionales de Milei, particularmente con Donald Trump y el Fondo Monetario Internacional (FMI). "En vez de lamerle las botas a Trump, debería escuchar cómo defender el trabajo argentino", disparó, recordando que el lema trumpista de "hacer grande a Estados Unidos" contrasta con la necesidad argentina de "construir una Argentina grande con su industria, ciencia y cultura". Sobre el FMI, fue contundente: "Lo vimos ir a suplicar créditos de rodillas. Nunca el FMI trajo buenas noticias a este país. Antes era Braden o Perón, hoy es FMI o el pueblo". Kicillof vinculó la crisis social con las políticas nacionales y destacó el rol de las provincias en la protección de los sectores más vulnerables. "Mientras Milei ajusta, la provincia sigue invirtiendo en salud, educación y producción. La única receta que conocen es la del ajuste y la sumisión", concluyó, asegurando que su gestión priorizará "la defensa del salario y la industrialización". El discurso, transmitido en redes sociales, generó réplicas inmediatas. Desde Juntos por el Cambio cuestionaron que Kicillof "hable de ajuste sin reconocer el desastre de su propia gestión", mientras organizaciones sociales y sindicatos respaldaron su postura, exigiendo al gobierno nacional "medidas para frenar el desempleo y la pobreza". El cruce profundiza la grieta política a meses de las elecciones legislativas, con el kirchnerismo intentando posicionar el discurso anti-FMI y pro Estado como bandera electoral.