Chelsea derrotó 4-1 a Benfica en tiempo extra, en un emocionante partido de octavos de final del Mundial de Clubes. El encuentro, disputado en el estadio Bank of America en Charlotte, estuvo detenido por dos horas debido a una tormenta eléctrica. Cuando se reanudó, Ángel Di María anotó un penal que llevó el partido a la prórroga. Sin embargo, los Blues sacaron ventaja tras la expulsión de Gianluca Prestianni y lograron asegurar la victoria. Ahora, Chelsea se enfrentará a Palmeiras en cuartos, tras la victoria 1-0 del equipo brasileño sobre Botafogo también en tiempo suplementario. Desde los primeros minutos en Carolina del Norte, la iniciativa estuvo del lado de Las Águilas, pero las buenas coberturas de Reece James sobre Andreas Schjelderup y la falta de desequilibrio en los intentos individuales de Ángel Di María restaron sorpresa al equipo dirigido por Bruno Lage, que comenzó a sufrir desajustes defensivos importantes. Sin el apoyo de Di María en la banda derecha, Fredrik Aursnes tuvo la difícil tarea de controlar a Cole Palmer y Marc Cucurella, sin mucho éxito. No fue casualidad que la oportunidad más clara llegara por parte del español: Cucurella enganchó dentro del área y disparó un remate que parecía gol, pero el defensa central António Silva salvó en la línea a los 19 minutos. Instantes después, Anatoliy Trubin se lució con un reflejo espectacular para evitar el gol tras un remate de Palmer. El esfuerzo de Leandro Barreiro en la marca alivió gran parte del principal problema que tenía Benfica, y a partir de ahí el duelo táctico se volvió más intenso en Estados Unidos, aunque el control del juego siguió en manos de los Blues. Un remate tímido de Palmer despertó la calma tras la pausa de hidratación y, a los 37 minutos, Trubin volvió a lucirse al achicar a tiempo y rechazar un mano a mano con su brazo derecho frente a Cucurella. Sin cambios en el marcador, ambos equipos se dirigieron a los vestuarios para recargar energías en el descanso. Finalmente, el partido se reanudó dos horas después de la suspensión. Apenas en el segundo minuto de tiempo añadido, ocurrió lo inesperado: un cabezazo de Nicolás Otamendi impactó en la mano de Malo Gusto dentro del área. El árbitro Slavko Vinci?, asistido por el VAR dirigido por Marco Di Bello, sancionó penal tras revisar la jugada. Ángel Di María se convirtió en héroe para Benfica al transformar la pena máxima y empatar el encuentro, forzando la prórroga.