El técnico informático Diego Lagomarsino, imputado como presunto partícipe necesario en la muerte del ex fiscal Alberto Nisman, aseguró este sábado que "ir preso sería callar una verdad", al tiempo que lamentó que al haberle entregado el arma se metió "en un lindo quilombo". "Ir preso sería callar una verdad. Sería la herramienta para decir bueno, Diego, no hables más", sostuvo el ex colaborador del fallecido titular de la Unidad Especial AMIA. En diálogo con Radio 10, Lagomarsino contó que la situación judicial en la que se encuentra lo pone "muy tenso", aunque resaltó que el pasado martes fue "tranquilo" a prestar declaración indagatoria ante el juez federal Julián Ercolini "porque iba a decir la verdad". "Cuando en la indagatoria dije que no me importaba cómo murió Nisman me refería a que nuestros peritos no buscan un fin, sino la verdad. Lo mataron, se suicidó o fue un autodisparo no nos cambia, porque buscamos lo que pasó realmente. No tenemos un norte que nos lleve a una posición predeterminada", manifestó el único imputado en la causa que investiga la muerte del ex fiscal. Consultado sobre el hecho de que Nisman le pidió una pistola para presuntamente "defender a sus hijas", Lagomarsino indicó: "De alguna manera me metió en una situación... un lindo quilombo". Asimismo, se quejó de las críticas que recibe: "Cuando ponen en duda lo que digo, me pregunto si la verdad es lo que se busca. Nosotros buscamos la verdad, no un culpable. Queremos la verdad, más allá de lo que haya pasado", concluyó. FUENTE: Minuto Uno