La extenuante última jornada legislativa, al filo del fin de año, dejó satisfechos a los principales referentes de Cambiemos en el Senado. "Me voy a mi provincia con el deber cumplido", respiró aliviado el misionero Humberto Schiavoni, jefe de bloque Pro en la Cámara alta. El presupuesto 2018 y otros proyectos ya habían sido convertidos en ley. No habrá, de todos modos, demasiado tiempo para la distensión. El gobierno de Mauricio Macri impulsará en las sesiones extraordinarias, previstas para febrero, la discusión del proyecto de reforma laboral, frenado por el peronismo que encabeza Miguel Ángel Pichetto y la CGT antes del recambio legislativo del 10 de diciembre. El Presidente confía en que ahora la reacción de la oposición será "muy distinta" a la que se produjo durante la discusión de la reforma previsional, que trajo violencia en las calles y generó zozobra para el Gobierno. "Hay algunas leyes que ya tienen media sanción, como la del financiamiento productivo, (de) defensa de la competencia, otras que tienen un grado de consenso importante, porque realmente creemos que son muy beneficiosas para los trabajadores, como es la reforma laboral, consensuada con la CGT. Esperamos poder tratarlas en la sesión extraordinaria de febrero", dijo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el jueves pasado, al anunciar un aumento de las metas inflacionarias. La intención del oficialismo, sin embargo, ya encontró algunos obstáculos. Pichetto ya rechazó debatir el proyecto laboral. "Para febrero no creo que constituyamos la Comisión de Trabajo. No tengo ningún interés en hacerlo", dijo el senador del PJ. La otra dificultad que minará el anhelo del macrismo es la postura de la CGT, que está sumida en una crisis y en la que el proyecto laboral agitó viejas disputas internas y no hay una estrategia sindical común. "El proyecto quedó licuado con los cambios que introdujimos. Si quieren sacar la ley, el Gobierno es el que deberá traccionarla", dijo Héctor Daer, uno de los integrantes del triunvirato de mando de la central obrera. Dentro del Gobierno, el ala que responde sin chistar a Peña no tiene dudas. "Va a ir todo en un mismo paquete productivo y laboral, entre febrero y marzo: financiamiento productivo, compre nacional, defensa de la competencia y los temas laborales", detalló un alto funcionario del Poder Ejecutivo. En el Gobierno no desconocen que la posición de Pichetto será un escollo fundamental a resolver. Pero confían en que "la vía del diálogo" alcanzará para convencerlo, según se entusiasmó un ministro. "Creo que igual la clave va a estar en negociar sector por sector con la CGT y los principales sindicatos para que no se opongan", agregó un senador de peso de Cambiemos. "Si la CGT acompaña, Pichetto también", se esperanzan en el oficialismo. Dividir el proyecto Una posibilidad, apenas esbozada por Peña, es que finalmente se resignen más puntos conflictivos y que del proyecto se aprueben sólo los capítulos en los que se llegue a un consenso. Para otros, hay que subdividir la ley sí o sí para evitar conflictos, dentro y fuera del Congreso. "Tenemos que decir: bueno, hay acuerdo en el blanqueo a los trabajadores en negro y en algún otro tema. Aprobemos eso y listo, imagínate lo bueno que sería que un millón de personas más estuvieran con su trabajo en blanco", afirmaron desde la UCR.