Cuando en enero subió el precio del petróleo y se devaluó el peso frente al dólar, todo la industria de los combustibles consideró que se venía un aumento en las naftas. Esos dos ingredientes son los principales costos de las petroleras que refinan crudo. Sin embargo, YPF lo pospuso hasta la última semana de enero, por un pedido de la Casa Rosada. Ayer, en cambio, la petrolera remarcó y sorprendió al Gobierno. Antes de realizar el último aumento, YPF le reclamó al Poder Ejecutivo una reducción del ITC, el Impuesto a la Transferencia de Combustibles. Ese tributo conforma, actualmente, el 26% del precio. Miguel Ángel Gutiérrez, presidente de YPF, le manifestó a la Casa Rosada que creía conveniente que el Poder Ejecutivo ejerza su facultad de rebajar el ITC en casos excepcionales. Con el aumento del crudo y la devaluación, YPF avizoraba que tenía que remarcar hasta un 20% (por el incremento de ambos factores). Gutiérrez le pidió a la jefatura de Gabinete económico (Mario Quintana) y a funcionarios del ministerio de Hacienda que rebajen el ITC a un 10%. Es potestad del Poder Ejecutivo poder subir o disminuir esa alícuota. El razonamiento del titular de YPF fue que si el impuesto bajaba, el aumento de los combustibles por sus costos tendría menor impacto. Le dijeron que lo iban a estudiar, pero que la reforma impositiva -que entra a regir en marzo- ya modificaba el ITC: lo convierte de variable (es un porcentaje del precio) en fijo ($ 7,138 por litro vendido). Gutiérrez replicó que la suba del petróleo crudo ameritaba una excepción hasta marzo y que el Poder Ejecutivo tenía que actuar ya. Si YPF no sube, su caja se debilita, argumentó, según supo este diario. Y si aumenta, provocará descontento entre sus consumidores, manifestó. El ejecutivo suponía que una rebaja del ITC, por ejemplo, al 10% neutralizaría los aumentos. El ITC es un porcentaje sobre el precio del combustible en refinería, que no es el mismo que se comercializa al público. En la planilla de Gutiérrez, YPF podía aplicar un aumento del 10%, y no quedarse atrás de la escalada internacional del petróleo y la devaluación (que suman 20%). Pero la condición era que el Estado resignara algo -una parte de su recaudación-. En la Rosada quedaron en estudiarlo y contestarle. Gutiérrez no recibió la respuesta esperada. El martes, alguien que conoce al número uno de YPF explicaba: "Se cansó. Le pidió algo al Ejecutivo y no lo tuvieron en cuenta. Les avisó que si no hacían nada con el ITC, YPF iba a tener que aumentar hasta 20%. No le hicieron caso. Ahora van a patalear por la inflación pero ellos tuvieron herramientas para disminuir el aumento y no las usaron", contó un ejecutivo del sector que habló con YPF sobre este tema. Los que supuestamente no lo escucharon están en Jefatura de Gabinete y el ministerio de Hacienda, según cuentan otros petroleros. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, tiene sus diferencias con la conducción de YPF, pero el tema precios no es central en esos desacuerdos. Aranguren decidió avanzar en la liberación del mercado de los combustibles, y entiende los movimientos de YPF. Hasta ahora, se muestra al margen de la discusión entre la petrolera y la Rosada por los impuestos, ya que las cuestiones tributarias no están entre las facultades de su cartera, según dijo en ocasiones anteriores. YPF evalúa otro aumento de alrededor de 4% para fin de mes o comienzos de marzo. Eso agudizará el impacto sobre la inflación, que ya viene por arriba de lo esperada -según los especialistas- para febrero.     Fuente: Clarín