Domingo 08.09.2024
Actualizado hace 10min.

Juntos por el Cambio y sus sensaciones contrapuestas

A un mes de las PASO, Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich sostienen una interna feroz. Las elecciones en Santa Fe, la represión en Jujuy, las expresiones discriminatorias de Franco Rinaldi y los búnkeres de drogas en la Ciudad volvieron a marcar las diferencias entre ambos precandidatos.  

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La alianza opositora Juntos por el Cambio atraviesa días de situaciones verdaderamente dicotómicas si miramos lo que ya hemos atravesado del año electoral y lo que nos falta. Por un lado, de los pocos hechos nacionalizables de las elecciones provinciales, uno de ellos es que la interna se traslada a cada uno de los territorios.

El ejemplo más cercano es Santa Fe, donde los dos precandidatos a gobernador de referencian en cada uno de los grupos facciosos. Maximiliano Pullaro revista en las huestes de Horacio Rodríguez Larreta y Carolina Losada funge como representante de Patricia Bullrich en la PASO. ¿Han protagonizado hasta el viernes a las 8 AM -horario en el que comenzó la veda- una interna que se desarrolle de acuerdo a cánones normales? Todo indica que no. Salvo que consideremos “normal” que Losada haya acusado a Pullaro de vínculos con los narcos o que asegure que luego del domingo difícilmente trabaje con él, sea quien sea el que gane.

El encolumnamiento de todo el larretismo detrás de su precandidato no mejoró las cosas. Waldo Wolff, uno de los recién llegados al espacio, tomó la palabra para recordar que tanto él como la propia Losada hablaban maravillas de Pullaro en las legislativas de 2021. Pero la denuncia de esta contradicción vino acompañada de una crítica al eslogan de campaña de Bullrich al considerar que esa idea de “todo o nada” tiene "una concepción fascista" porque "si no pensás como yo, no sos nada".

El escenario de definición cerrada agrega dramatismo a una provincia en la que la alianza de derecha con la socialdemocracia se ve ganadora pero, igualmente, promete ser muy intenso el domingo a la noche.

En efecto, como en otros lugares, el principal rival de los cambiemitas no parece ser el peronismo sino su propia grieta. A esta altura, no podríamos decir que Juntos por el Cambio haya tenido una mala cosecha provincial. Ha ganado en Jujuy, gobierna Corrientes, retendrá Mendoza, dio batacazos en San Luis y San Juan y, como decíamos, alguno de sus precandidatos probablemente será el nuevo gobernador de Santa Fe.

Con una Entre Ríos que parece favorable y una provincia de Buenos Aires que es una incógnita en función de la elección a presidente, el panorama es cualquier cosa menos aciago. El mejor escenario en provincias desde la creación del PRO y, por supuesto, en la corta vida de la alianza que se creó en 2015.

Sin embargo, ni siquiera la posibilidad real de ganar las nacionales ordena una interna que por momentos parece un aquelarre, con críticas cruzadas durísimas y poco espacio para consensos reales y duraderos.

No parece que la disparidad de propuestas explique la cuestión. Si nos ceñimos a la presentación de eventuales medidas económicas que Horacio Rodríguez Larreta hizo el viernes por la mañana no son menos duras que las que seguramente llevaría adelante Bullrich en caso de ser electa.

Ajuste fiscal extremo, posible liquidación, reprivatización o cierre de empresas públicas, autonomización total del Banco Central, flexibilización laboral, apertura indiscriminada de mercados y baja de impuestos para las grandes empresas son ideas que copian al gobierno de Macri y son compartidas como hoja de ruta en el espacio.

La represión en Jujuy

El tan meneado tema de las formas tampoco parece ser el motivo de posiciones tan antagónicas. En las últimas semanas, el compañero de fórmula de Larreta, Gerardo Morales, demostró en Jujuy el modo en el que el sector auto percibido dialoguista pretende lidiar con la protesta social: con represión, persecución e ilegalidad. Que en la provincia de la noche del apagón haya habido camionetas sin identificación -o pertenecientes a contratistas del Estado- levantando detenidos durante horas no ha tenido ni medio repudio dentro del espacio.

Que en la Argentina de la noche de los bastones largos la Policía jujeña haya entrado a las sedes universitarias sin orden de allanamiento también es un despropósito que no difiere en nada de los planteos de Patricia Bullrich. El gobernador Morales tuvo que repudiar tibiamente este último episodio porque sus socios radicales con amplios intereses en la UBA consideraron que era demasiado. La misma UCR que fue protagonista de las protestas que dieron pie a la emblemática reforma universitaria de 1918 permitió que se horadara la autonomía de las casas de altos estudios un poco más de 100 años después, sólo para perseguir manifestantes opositores.

Franco Rinaldi y los búnkeres de drogas

Es cierto que el episodio de Franco Rinaldi en la ciudad también enfrentó a radicales que exigieron que renunciara a su candidatura a legislador de la lista de Jorge Macri luego de conocerse videos suyos con expresiones xenófobas, con discriminación de género y clase y hasta antisemitas.

El pedido de disculpas y la defensa del primo de Mauricio Macri no calmaron las aguas y Rinaldi tuvo que renunciar luego de que Patricia Bullrich y Ricardo López Murphy (su patrocinante en las listas) negociaran su salida. El episodio estuvo marcado por el fuego amigo del principio hasta el final. Pero los que no toleraron a Rinaldi, saludan a Espert sin tapujos, aunque en muchos temas sostiene posiciones similares.

No hubo motivación interna aparente en las crecientes denuncias por la existencia de infinidad de búnkeres de droga en la ciudad que gobierna Larreta que se desataron por la supuesta compra de droga en vivo por parte de un cronista de televisión. Pero, pesar de que en esto último, la crisis no se desató por un problema interno, fue ampliamente aprovechado por Patricia Bullrich porque el hecho y sus repercusiones demuestran que la fachada de Larreta en el tema seguridad esconde mucha mugre debajo de la alfombra.

¿Toda esta enumeración configura un panorama en el que Juntos por el Cambio pierde competitividad para enfrentar al oficialismo? No parece algo que podamos colegir a priori o de modo tan directo. Quizás haya sido la cercanía de un eventual triunfo la que haya profundizado una crisis que no deja de ser de sucesión. Y aquí parece estar la respuesta a tanto encono. La herencia de Mauricio Macri está en disputa y no por voluntad del expresidente.

El desastroso gobierno que encabezó permanece en la memoria de la mayoría de los argentinos y las encuestas lo inhabilitaron para competir en estas elecciones. Pero no está dispuesto a entregar su lugar de liderazgo dentro del partido que creó a su imagen y semejanza ni tolerar el lugar de triste memoria que, por ahora, la historia le reservado. Para cambiar lo segundo tiene que incidir y sostener lo primero. La interna entre Larreta y Bullrich es en realidad la interna entre Larreta y Macri.