El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años de edad, se sometió hoy en la ciudad de San Pablo a una infiltración para aliviar dolores en la cadera, razón por la cual deberá operarse a fin de año, informó a Télam la oficina de prensa del gobierno brasileño. Sin embargo, el mandatario cumplió más tarde sin problemas una agenda oficial en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en el Gran San Pablo, el lugar donde se forjó como líder sindical y político a fines de los años setenta. Lula estuvo en el centro médico privado Hospital Sirio Libanés de San Pablo, adonde se curó en el pasado de un cáncer en la laringe, para someterse "a una pequeña infiltración para ayudarle en los dolores que siente en la cadera", dice el comunicado enviado a Télam. "Existe la indicación de los médicos para que se opere pero no es de urgencia y todavía no hay fecha para la intervención. La cirugía posiblemente deba ocurrir entre octubre y diciembre", dice el comunicado del Palacio del Planalto sobre la artrosis de la cual el mandatario se había quejado en las últimas semanas durante sus participaciones públicas. De todos modos, Lula participó sin problemas de la asunción de la nueva dirección del Sindicato de Metalúrgicos, donde ofreció un discurso en el cual alertó, de cara a los desafios políticos y electorales, que se ha derrotado al expresidente Jair Bolsonaro pero no al bolsonarismo. "Tenemos que prepararnos porque derrotamos a Bolsonaro pero no derrotamos a los bolsonaristas todavía. Los lunáticos están en la calle ofendiendo a personas, insultando, debemos decirles que queremos que Brasil vuelva a ser un país civilizado", aseguró Lula. El mandatario mantiene su agenda para la semana que se inició hoy.