El padre de Melina Romero salió desconsolado tras escuchar que el único imputado por la explosión en la que murió su hija, recibió dos años de prisión preventiva y cinco años de inhabilitación. Este jueves en la mañana, el ingeniero chileno y exjefe de inspectores de Ecogas, Mauricio Ojeda, enfrentó la condena por su participación en la aprobación del uso de un flexible no permitido por las normas de seguridad en una cocina. El caso, que tuvo como desenlace la trágica muerte de Melina Romero el 28 de noviembre del año pasado, ha concluido con un acuerdo entre Ojeda, su defensa (a cargo de Pablo Di Pane y Fabiana Salinas), el fiscal coordinador Adrián Riveros, y el ayudante fiscal Leonardo Arancibia, de la UFI de Delitos Especiales. La resolución del caso se llevó a cabo mediante un juicio abreviado, donde Ojeda aceptó su culpabilidad y recibió una sentencia de 2 años de prisión condicional y 5 años de inhabilitación por el delito de homicidio culposo, aquel cometido sin intención. El padre de Melina, Juan Romero salió desconsolado tras escuchar el fallo: “No tengo nada para decir. Realmente, ¿qué puedo decir? No puedo hablar, pero. Conforme, no, porque una persona puede ser castigada de otra manera, no me sirve. Yo quiero a mi hija”, dijo. Abrazó a su hija Noelia, hermana de Melina, entre lágrimas. Sobre si esto se pudo evitar Juan dijo: “Claro que sí. Hoy estamos sufriendo. Y puedo asegurar, por mí, no debe ser el único caso, deben haber varios así”. Para el padre, Ojeda no es el único responsable de lo que pasó. “Esto es una cosa de arriba hacia abajo, o sea, yo no puedo tener un inspector sin saber lo que el inspector hace. Y el que lo hace también”, agregó. “Esto fue crimen. Es algo que se pudo evitar. Espero que esto sirva para que se tome conciencia y no le pase a otra gente. Porque no es justo”, cerró.   Sobre la tragedia La tragedia se desencadenó en el departamento 7 de un consorcio ubicado en O'Higgins 329 Este, en Trinidad, Capital. Las pericias realizadas por la Policía revelaron que el accidente ocurrió debido a una fuga en un flexible de la cocina, no permitido por el Código Nacional de Gas, que exige una conexión rígida o un flexible que cumpla con las normas de seguridad IRAM. Este último, de goma revestida con un tejido metálico, no cumplía con dichas especificaciones. No solo el departamento de la víctima resultó afectado; las inspecciones en otros tres departamentos del mismo consorcio revelaron que también utilizaban el mismo tipo de flexible en la cocina a gas, y su habilitación también había sido autorizada por Ojeda. El edificio, inaugurado en 2018, es prácticamente nuevo, y tanto la dueña del departamento como la propia víctima aseguraron no haber modificado la instalación.