La negociación por la ley Ómnibus y el paquete fiscal entre el Gobierno y las provincias aliadas entró en la fase final. Las discusiones, que hasta ahora se habían mantenido a grandes rasgos, pasaron a versar sobre números, nombres y detalles técnicos. En el encuentro con los mandatarios de Juntos por el Cambio, la Casa Rosada se comprometió a entregarles a todos los distritos, a más tardar el lunes, un “borrador final”, que servirá de base para podar el proyecto inicial en el plenario de comisiones. Pero les pidió a los radicales y de PRO una lista con todos los diputados y diputadas que estarían dispuestas a levantar la mano. Algunos mandatarios se mostraron muy de acuerdo y aseguraron que serviría para “evitar confusiones”, pero otros creen que es inviable asegurar voluntades. El grueso de la reunión de ayer, más allá de los temas puntuales (Ganancias, la reactivación de algunas obras públicas y el pago de la deuda por las cajas previsionales), giró como nunca en torno a un abierto “toma y daca”, admitieron en Balcarce 50. Los gobernadores plantearon distintos pedidos, algunos más amplios, otros más específicos, pero todos mostraron urgencia por conocer un boceto lo más cercano posible a la idea final que tiene en mente el Gobierno. El ministro del Interior, GuillermoFrancos y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, secundados por el asesor de Milei, Santiago Caputo, se comprometieron a pulir, a partir el día siguiente, viernes, y durante el fin de semana, la versión preliminar, y a enviarla el mismo lunes o, a más tardar, el martes. Pero, por primera vez, pidieron a cambio una lista con las voluntades concretas que pueden “ofrecer” las provincias. Con el recuerdo de la frustración de febrero fresco, esta vez Javier Milei quiere jugar sobre seguro. “Ahora está todo hablado, blanco sobre negro. Si no se aprueba, es realmente porque nos traicionaron”, deslizó un funcionario nacional que forma parte de las conversaciones políticas para destrabar las iniciativas. Algunos los gobernadores se mostraron abiertamente a favor de la iniciativa. “En la votación se generan confusiones, y al Gobierno le importa un comino quién responde a quién. Tienen razón. Algunos preferimos que se blanquee la situación, y que nadie se atribuya apoyos que no tiene, o que después carguen en contra de los que no los consiguieron”, dijo uno de los mandatarios, y admitió que las internas dentro de los bloques aliados complicaron el último debate.