Después de varias semanas de incertidumbre, el Gobierno nacional logró recuperar parte de la iniciativa en materia económica. Con una salida parcial del cepo al dólar, el presidente Javier Milei y su ministro de Economía lograron descomprimir las tensiones cambiarias: el dólar libre retrocedió de $1230 a $1160, mientras que el mayorista pasó de $1080 a $1122, marcando un salto cambiario más moderado de lo que se anticipaba. Con este nuevo orden cambiario, el foco oficial ahora está puesto en contener la inflación, particularmente en los precios de alimentos y bienes de consumo masivo, que más afectan el bolsillo de la población. Los primeros efectos ya comienzan a percibirse también en el plano político. Un sondeo interno del peronismo indica que la imagen presidencial de Javier Milei subió del 40% al 42% en tan solo una semana, impulsada por la aparente estabilización del dólar. Sin embargo, el panorama aún presenta desafíos. Algunos sectores exportadores muestran reticencia a liquidar a los nuevos precios, mientras que se espera que los importadores retomen su actividad después de Semana Santa, lo que podría generar nuevas presiones sobre el dólar mayorista. En la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri busca imponerse a La Libertad Avanza en las internas del 18 de mayo, con el objetivo de evitar que el PRO quede absorbido por el nuevo oficialismo. Al mismo tiempo, en la provincia de Buenos Aires, el peronismo trabaja para cerrar listas de unidad, con Cristina Fernández de Kirchner aún como figura clave en la estrategia electoral. Aunque una eventual alianza entre el PRO y La Libertad Avanza podría inclinar la balanza, el desenlace sigue siendo incierto y dependerá de los movimientos políticos de las próximas semanas. De esta manera, los analistas financieros recomiendan aprovechar letras del Tesoro de corto plazo y plazos fijos con tasas que puedan llegar al 38%. La estrategia del Gobierno parece dar resultados en el corto plazo, pero el verdadero test va a ser mantener la estabilidad cambiaria sin perder competitividad ni tampoco empujar una nueva escalada inflacionaria.