En el segundo día del velatorio, miles de fieles se congregan en la Basílica de San Pedro para despedir a Francisco. Bajo un cielo despejado y con largas filas al sol, los devotos llegan de distintas partes del mundo para ofrecer sus oraciones, mostrar su gratitud y rendir homenaje al Pontífice que marcó una era con su cercanía, humildad y compromiso con los más necesitados.