Este lunes comenzó el juicio contra el oficial Ricardo Rodríguez, acusado de haber disparado y matado a Federico Orihuela, un camionero riojano, durante una persecución que se extendió por más de 20 kilómetros en Valle Fértil, la noche del 9 de febrero de 2023. Las primeras declaraciones de testigos han complicado seriamente su situación. Gisela Aciar, agente que integraba el mismo patrullero, reveló ante el tribunal que, luego de ver el cuerpo del camionero, el oficial les pidió a ella y al cabo Andrés Elizondo que mintieran sobre lo ocurrido: “Nos dijo que teníamos que declarar que el camionero tenía un arma y que transportaba droga”. Aciar también afirmó haberlo escuchado decir: "me la mandé, creo que se murió". Tanto Aciar como Elizondo negaron haber visto que Orihuela estuviera armado o que hubiera usado un arma durante la persecución. Al contrario, ambos señalaron que el oficial Rodríguez actuó de forma nerviosa y alterada, disparando con una escopeta Itaka, luego con su arma reglamentaria, y por último con la de Elizondo, desde la ventanilla del móvil y apuntando hacia la cabina del camión mientras lo sobrepasaban. Esa noche, Orihuela recibió seis balazos. Según lo expuesto por los fiscales Iván Grassi, Francisco Pizarro y el ayudante fiscal Maximiliano Gerarduzzi, como también por los abogados de la familia de la víctima —Reinaldo Bedini, Valeria Peredes y Hugo Uzair—, no se halló ningún arma en el camión ni en la escena del hecho. Pese a esto, los abogados defensores Martín Zuleta y Federico Victoria aseguran que no se puede descartar que la víctima estuviera armada, ya que una pericia reveló restos compatibles con pólvora en sus manos. Zuleta sostiene que su defendido actuó en cumplimiento de su deber y no cometió delito alguno.