En las últimas semanas, vecinos de distintos puntos de San Juan reportaron la aparición de rituales con velas, comida, vino y restos de animales, especialmente en zonas alejadas de la ciudad. Los hallazgos generaron sorpresa, temor y múltiples interrogantes entre quienes los encontraron. La asesora espiritual Belén Carrillo explicó que estas prácticas tienen raíces ancestrales y no necesariamente buscan causar daño. “Muchas veces son pedidos de sanación, protección, prosperidad o agradecimientos a alguna deidad”, señaló. La presencia de elementos como velas, animales o bebidas forma parte de ceremonias que responden a antiguas creencias populares. En ciertos casos, se recurre al sacrificio de animales como ofrenda, aunque Carrillo remarcó que “no es lo más sano” y que es una práctica que persiste en algunas culturas. Los lugares elegidos para estos rituales suelen ser campos, montañas o sitios cercanos al agua, ya que se cree que en esos entornos la energía fluye con mayor fuerza. Los rituales hallados en lugares como el cerro Villicum estarían vinculados a prácticas como el umbandismo, el africanismo o el culto yoruba, corrientes espirituales que emplean distintos elementos según la deidad a la que se dirigen. Según la asesora espiritual Belén Carrillo, es importante no estigmatizar estas manifestaciones culturales. “Hay que comprender su origen y sentido, y respetar la diversidad de creencias que existen”, subrayó.