Lo llamó “llorón”, le dijo que “está grande” y que “quizás deba entender que su momento ya pasó”. Se burló con un video generado por inteligencia artificial que circuló durante la veda electoral y lo acusó, junto a su partido, de ser parte de los “amarillos fracasados” que habrían pactado con el kirchnerismo para frustrar el proyecto de Ficha Limpia. También remarcó que era el perdedor quien debía levantar el teléfono para saludar al ganador. Javier Milei dijo todo eso sobre Mauricio Macri, tanto antes como después de derrotarlo en su propio terreno político, dejando al líder del PRO en una posición de marcada debilidad. Aun así, desde España, el ex presidente rompió meses de silencio con un mensaje por WhatsApp para felicitar al mandatario por el triunfo de La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires. Además, buscó vincularse con el armado de un nuevo acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires, un movimiento que ya venían impulsando varios referentes del PRO incluso antes del colapso partidario provocado por la dura derrota en la capital, con o sin el aval de Macri. Mauricio Macri atraviesa horas decisivas para su futuro político. Al igual que Cristina Kirchner, libra una batalla por sostener su lugar en un escenario profundamente transformado por la irrupción de Javier Milei. Ambos liderazgos, desgastados por el paso del tiempo y los reveses electorales, intentan sobrevivir en medio de una transición que acelera la reorganización del sistema político argentino. La noche de la derrota, el ex presidente partió rumbo a España en un jet privado, visiblemente molesto por el resultado electoral. El viaje ocurrió en medio de una ola de versiones sobre su tensa relación con Jorge Macri. Según trascendidos de altas fuentes, los primos (que históricamente mantuvieron un vínculo conflictivo) habrían protagonizado una fuerte discusión por la estrategia y la nacionalización de la campaña en la Ciudad de Buenos Aires. El rumbo que tome el jefe de Gobierno porteño en las próximas semanas será clave para definir hasta qué punto está dispuesto a marcar distancia de la influencia de su primo, tanto en la administración local como en el armado político rumbo a 2027. Antes de abordar el avión, Mauricio Macri habría confiado a un estrecho colaborador que era momento de revisar el alineamiento parlamentario del PRO con el oficialismo libertario. El mensaje de WhatsApp enviado al Presidente días después permite inferir que esa evaluación ya está resuelta. En el principal bastión del peronismo, Cristina Kirchner protagoniza una resistencia similar a la que ensaya Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires, aunque con una diferencia clave: ella sí está dispuesta a poner su nombre en una boleta con tal de preservar su liderazgo político.