En el interior del celular existe todo un mundo secreto nunca antes visto. Oculta tras la aplicación de mensajería instantánea, se encuentra una ciudad llamada Textópolis, donde viven y trabajan todos los emoticones. En este universo, cada emoji tiene una sola expresión facial, excepto Gene (un emoticón Meh) que nació con una falla técnica que le provoca cambiar su semblante de manera descontrolada. Determinado a convertirse en "normal" como el resto de emojis, comenzará una épica "app-ventura", en la que se sumergirá por las profundidades del teléfono y sus aplicaciones para encontrar el código que solucione su problema. Es imposible no emparentar esta cinta dirigida por Anthony Leondis con los argumentos de Intensamente o Ralph, el demoledor de Pixar y Disney respectivamente. Claro que, a diferencia de aquellas dos, esta no tiene ni la profundidad argumental, ni personajes tan queribles y mucho menos, la belleza visual y artística. Esta excéntrica historia con emoticones parece una excusa para utilizar las "caritas" y objetos más populares de la cultura del chat actual. El doblaje al español de todos los personajes tampoco ayuda, los padres del protagonista hablando en un "mexicano cerrado" no facilitan en nada la comprensión del texto. La utilización de algunas apps como escenarios en donde se desarrolla la historia no deja de sonar a "chivo" encubierto: Spotify, Facebook, Instagram, Twitter son algunos de los parajes que recorren los protagonistas en secuencias hiladas sin mucha coherencia. Seguramente los niños muy pequeños podrán disfrutar el filme; los colores y la simpleza de rasgos la hace una cinta amigable para infantes, pero los mayores extrañarán las bromas, gags y diálogos de otras películas animadas que no olvidan al público adulto. 86 minutos de metraje que se hacen difícil de coronar con una "carita feliz" Descripción: Resultado de imagen para ???? Fuente: Infobae