“Deploramos que un país hermano como Bolivia haya realizado un acuerdo de seguridad o defensa con Irán, país en conflicto con la Argentina por terrorismo. La región es zona de paz. Merecería un pedido de explicación de nuestro país”, escribió en su cuenta de Twitter el ex senador Federico Pinedo, en reacción a la firma de un memorándum de entendimiento entre Bolivia e Irán, cuya finalidad es ampliar la cooperación bilateral en áreas tan críticas como seguridad y defensa. La firma del acuerdo tuvo lugar en Teherán el pasado jueves 20 de julio. El texto fue rubricado por los ministros de Defensa boliviano e iraní, Edmundo Novillo Aguilar y Mohammad Reza Ashtiani. De inmediato se elevaron voces críticas en Bolivia, pero también en la Argentina. Sin embargo, hasta ahora, no ha habido reacción de la Cancillería que dirige Santiago Cafiero, a pesar de que la justicia argentina ha acusado a Teherán de la autoría del atentado contra la AMIA y siguen vigentes los pedidos de captura contra varios altos funcionarios del régimen por ese acto terrorista. La DAIA envió un comunicado, con la firma de su presidente, Jorge Knoblovits, y de su secretario general, Alejandro Zuchowicki, en el que “alerta sobre los riesgos para la seguridad de la Argentina y de la región tras haberse conocido el convenio de defensa firmado por Bolivia con Irán, país vinculado a la agrupación terrorista Hezbollá y responsable del atentado perpetrado contra la sede de la AMIA-DAIA que causó 85 muertos y más de 300 heridos.” La entidad representativa de la comunidad judía argentina exhorta al gobierno argentino “a condenar este acuerdo y exigir al de Bolivia que reconsidere su decisión tras haberse producido dos feroces ataques terroristas en el país, en 1992 y 1994″. “Un INSULTO y una AGRESIÓN directa a la República Argentina”, fue la dura definición del embajador y ex diputado Diego Guelar, que agregó en el mensaje que subió a la red: “….debemos PROTESTAR enérgicamente ante semejante despropósito…?” y arrobó a la cuenta de la Cancillería argentina. Por su parte, el ex diputado y funcionario Miguel Ángel Toma sostuvo que “el reciente acuerdo de asistencia militar entre Bolivia e Irán es de una gravedad inusitada y constituye una amenaza estratégica no solo en materia de terrorismo, sino también en términos militares”. “Irán provee los drones con que Rusia ataca a Ucrania. Ello obliga a un claro realineamiento geopolítico y en consecuencia una reformulación de nuestra inteligencia, al mismo tiempo que una reorganización integral de nuestras FF.AA. Más que nunca, este hecho pone de manifiesto la importancia trascendental de ambas instituciones”, agregó. “Bolivia hace un acuerdo de seguridad con Irán que está acusado por nuestra justicia y respaldado por @Interpol como responsable del ataque a la AMIA en 1994″, señaló por su parte Waldo Wolf, secretario de Asuntos Públicos del gobierno porteño. También él apuntó contra la falta de reacción oficial: “Es inaceptable el silencio de nuestra @CancilleriaARG ante un hecho que pone en riesgo nuestra seguridad con colaboración de un país vecino”. El diputado nacional Alberto Asseff también formuló interrogantes ante este “entendimiento” bilateral: “Bolivia acordó con Irán un pacto de provisión de armamentos. Recibirá drones como los que entregó a Rusia en la guerra contra Ucrania. Cuales son las hipótesis de conflicto de Bolivia q la llevan a equiparse con modernos armamentos?” La pregunta de Asseff se origina en el hecho de que el ministro de Exteriores iraní, Ashtiani, dijo que su gobierno estaba en condiciones de ofrecer “tecnología avanzada” a Bolivia. El Instituto de Estudios para la Guerra, citado por la BBC, considera que se trataría de drones. Irán fabrica desde hace tiempo aviones no tripulados que ya ha vendido a otros países para estas tareas de vigilancia. Del texto firmado en realidad sólo se conoce lo que Teherán ha comunicado a la prensa a través de su agencia IRNA (Agencia de Noticias de la República Islámica de Irán), pero el contenido completo del memorándum no ha sido revelado. “Sostenemos que mejorar las relaciones bilaterales de defensa conducirá a aumentar el poder de disuasión del gobierno boliviano”, dijo Ashtiani, siempre según IRNA. Lo oficialmente informado es que Irán colaborará con Bolivia en su lucha contra el narcotráfico y en el refuerzo de la vigilancia en sus fronteras. El ministro de Exteriores iraní dijo que el acuerdo también incluiría venta de material y entrenamiento de personal. Ashtiani señaló que los países latinoamericanos tienen “una importancia especial en la política exterior y de defensa de Irán debido a la importancia de la región sudamericana, muy sensible”, y aseguró, con respecto a las necesidades de Bolivia en el campo de la defensa fronteriza y el combate al narcotráfico, que Irán está en condiciones de proporcionarle equipos, y que este tipo de cooperación puede ser un “modelo a seguir” para otras naciones de Sudamérica. Por su parte, Edmundo Novillo Aguilar destacó que, a pesar de las sanciones, Irán ha logrado avances significativos en los campos de la ciencia y la tecnología, especialmente en las áreas de seguridad y defensa. Las relaciones del partido de gobierno boliviano, el Movimiento al Socialismo (MAS), con el régimen iraní son muy estrechas desde el primer gobierno de Evo Morales en 2006. En 2012, el entonces presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, realizó una visita de una semana a Bolivia, donde entre otras cosas, asistió al lanzamiento de un canal de televisión iraní, que desde entonces difunde propaganda musulmana. Los nexos se interrumpieron durante la presidencia interina de Jeanine Áñez pero Luis Arce restableció las relaciones apenas asumió su mandato en noviembre de 2020. Ahora, referentes de la oposición boliviana expresaron preocupación por esta nueva iniciativa que confirma la continuidad bajo el gobierno de Luis Arce de la política de acercamiento a Irán, iniciada por Evo Morales. Más aun, este pacto representa una profundización de los vínculos, y en materias tan sensibles como la seguridad y la defensa. Analistas bolivianos sostuvieron que de este modo Bolivia se alía a países cuestionados por crímenes de lesa humanidad. “Esa declaración (de Ashtiani) es muy preocupante, porque da a entender que le van a dar (a Bolivia) armamento y no está claro para qué, con qué objetivo ni el destino que va a tener ese armamento. No está claro, y la presencia de Irán en el centro de Sudamérica y la suscripción de acuerdos estratégicos de tipo militar en América Latina a través de Bolivia preocupa mucho”, dijo por ejemplo el diplomático boliviano Jaime Aparicio Otero, ex embajador de Bolivia ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). Aparicio Otero subrayó la gravedad de acuerdos que afectan “la estabilidad y seguridad regional”. “Bolivia no necesita armamento -aseguró-, necesita diversificar su economía, acuerdos de integración, inversiones, que es la única forma para salir de esta crisis”. El ex ministro boliviano Carlos Sánchez Berzain fue durísimo: “La dictadura de Bolivia sigue las órdenes del castrochavismo que dispone desde #Cuba y #Venezuela, cometiendo Traición a la Patria y entreguismo’”´. “No necesitamos integrarnos o estar tan alineados con Irán, que es un país con el que prácticamente no tenemos relaciones comerciales. Estamos totalmente alineados y esa es muy mala señal para los otros mercados, países donde sí podemos sacar provecho”, dijo por su parte el analista Andrés Guzmán Escobari, consultado por Los Tiempos. Además dijo que no es inteligente el acercamiento a un país que está tan cuestionado a nivel internacional, que está apoyando a Rusia, al que ha dotado de drones para atacar a Ucrania, elementos que son utilizados contra la población civil ucraniana”. Y recordó que “son crímenes de guerra que está propiciando Irán junto con Rusia en Ucrania y nosotros de lado de ellos”. Los Tiempos recuerda que, en 2019, “Argentina cuestionó al gobierno boliviano (por) su interés en adquirir drones iraníes para la lucha contra el contrabando, lo que implicaría” la presencia de aquel país en su frontera. En esa línea, Waldo Wolf también escribió: “Se trata de un acto de desprecio para los argentinos en general pero por sobre todo para la comunidad judía argentina quienes seguimos pidiendo justicia además de tener que procurarnos medidas de seguridad extras en nuestras instituciones para cuidarnos de nuevos atentados”.